"Es una decisión conciencia
El vicepresidente colombiano, Humberto de la Calle, justificó ayer en conversación telefónica con EL PAIS su petición de renuncia al presidente Ernesto Samper por la situación de "absoluta ingobernabilidad y crisis institucional" que vive su país, y negó rotundamente que haya recibido presiones de EE UU o de cualquier otra instancia: "No ha habido presiones de ninguna naturaleza. Es una decisión de mi conciencia tomada después de haber ha blado con mi familia".De la Calle también negó que su ruptura con Samper, que no hizo efectiva antes "porque hubiera sido una intromisión en el proceso en el que estaba inmerso el presidente", suponga un primer paso para su candidatura presidencial en las elecciones de 1998. "La crisis de Colombia es tan profunda que es completamente irresponsable hablar ahora de 1998. La actitud que he tomado es un gesto de desprendimiento personal porque entiendo que ahora es el momento para la grandeza".
Preguntado sobre cuál ha sido la gota que ha colmado el vaso de su paciencia, el vicepresidente destacó en primer lugar la crisis económica -"la inversión está paralizada, la inflación prevista para todo el año se ha superado en sólo ocho meses, ha crecido el déficit fiscal... "-, y en segundo término "la exacerbación de los problemas de orden público, cuyos últimos acontecimientos han rebasado a la fuerza pública".
Ante este panorama con "un Gobierno que no es capaz de gobernar", De la Calle dice estar dispuesto a renunciar también a su cargo de vicepresidente si ello contribuye a encontrar una solución a la crisis colombiana.
¿Asumiría usted la presidencia en caso de renuncia de Samper? ",No eludo mis responsabilidades constitucionales. Ahora los que deben hablar son Samper y la sociedad colombiana", contestó.
