_
_
_
_
_
FÚTBOL PRIMERA JORNADA DE LIGA

El Rayo busca un lider

El conjunto de Paquito cae ante el Valladolid

Joseba Elola

El nuevo Rayo se parece demasiado al antiguo. Salvo en una cosa: en la chispa. Más de un aficionado seguía preguntando ayer por Onésimo, aquel electricista que provocaba cortocircuitos en las defensas y alumbraba las caras de una hinchada demasiado acostumbrada a sufrir. El Rayo se presentó ayer ante su afición como un equipo manso, incapaz para la reacción. Un conjunto que pedía a gritos un líder que ayer no apareció. El equipo de Paquito comenzó su andadura resbalando. Y su desliz, el primero, se produce ante uno de sus más directos rivales, uno de los candidatos a entrar en su misma lucha, la de los modestos, la de la permanencia.La impresión fue pobre. Bien es cierto que en el once titular faltaban sus fichajes estrella: Radchenko, Klimowicz y Ameli. El primero faltó por compromisos internacionales. Los dos últimos, fuera de forma, saltaron al césped en la segunda mitad cuando el equipo ya marchaba cabizbajo, sin ánimos para remontar el choque. Pero aún a pesar de las ausencias, cabía esperar algo más de punch. No lo hubo. El Valladolid, sin embargo, supo jugar sus bazas. No es que desplegara un fútbol brillante, pero al menos exhibió orden en la zaga, tranquilidad en el centro del campo y las dosis suficientes de peligro en punta como para llevarse el partido sin apuros.

El primer tiempo transcurrío espeso, horizontal y lento. El dominio fue cambiando de manos y acabó mareado: ninguno de los dos equipos parecía cogerle la medida al choque. Dos remates al poste, uno para cada equipo, fueron lo más excitante.

El Valladolid empezó a coger el ritmo en los primeros compases del segundo periodo. Peternac y Víctor se pusieron al frente de los tambores. Eran sólo dos, pero parecían cuatro. De hecho, consiguieron maquillar con sus carreras el conservadurismo del planteamiento de Cantatore.

Las ocasiones empezaron a multiplicarse: en quince minutos, tres muy claras. Y el Rayo, mientras, en preocupante posición de relax. El barco se hundía pero no había reacción, las piernas pesaban. Botón de muestra: minuto 77; el Rayo pierde por 2-0, el partido se extingue cuando Guilherme fuerza un saque de. esquina. Contreras retiene la pelota para dar tiempo a sus defensas pero Guilherme se la quita y busca enseguida a un compañero para que ejecute el saque de esquina. Nadie responde. Los jugadores acuden al área lentamente, cabizbajos y nadie pide el balón para botar el córner.

Ante la tormenta, nadie quiso asumir el mando, con lo que la hipótesis de una remontada se convirtió en asunto inverosímil. El gol del argentino Klimowicz, de hecho, fue pura anécdota.

El Valladolid, sin contar tampoco con sus dos estrellas -los internacionales Peña y Lozano- sacó adelante un partido clave. Y se llevó por la mano el primer duelo entre dos equipos que están, a priori, destinados a volver a verse las. caras en situaciones más dramáticas.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Joseba Elola
Es el responsable del suplemento 'Ideas', espacio de pensamiento, análisis y debate de EL PAÍS, desde 2018. Anteriormente, de 2015 a 2018, se centró, como redactor, en publicar historias sobre el impacto de las nuevas tecnologías en la sociedad, así como entrevistas y reportajes relacionados con temas culturales para 'Ideas' y 'El País Semanal'.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_