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Cornada con hemorragia en la femoral

Pepe Luis Martín González entró en la enfermería durante la lidia del tercer toro con una cornada de 20 centímetros de profundidad en el tercio medio del muslo derecho, desgarrando músculos y afectando las venas tributarias de la femoral. Shock hemorrágico que requiere transfusión de dos litros de sangre. Pronóstico muy grave.Eran las 18.45 de la tarde. Llevaba la taleguilla grana y oro rota por un toro de Palha que había hecho honor a la leyenda llevándose por delante a Pepe Luis Martín, malagueño, 26 años, con raíces vascas, mimado por la afición bilbaína y con una peña aquí de 386 socios.

"Quería llevarse nuestro premio; el de su pena al mejor quite, que mañana le entregamos a Joselito. Por eso quitó por chicuelinas en un toro con peligro sordo que no era de su lote", dice Vicente González, presidente de la peña al pie de la ambulancia en la angustiosa espera del herido. Hay un revuelo de noticias, de cuatro docenas de aficionados compungidos y de mujeres llorosas a la espera del parte facultativo. Mientras su padre y su tío están en la enfermería, su madre Pilar, en Málaga, se enteraba por la radio.

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Cogida muy grave de Pepe Luis Martín

"Llevaba sólo cinco corridas, pero la de hoy era muy importante para él. Venía estresado pero muy concienciado y se la ha jugado con toros de contraestilo para su toreo", se lamenta el tesorero Primitivo González, en compañía de Jaime Irrutia, fundador de la pena.

No se palpa la tragedia, pero hay una tensa y larga espera hasta que a las 20.30, con la corrida acabada, se llevan al hospital de Basurto a este pintor de belleza, todavía sin hacer el mural de su vida. El parte facultativo habla claramente de una cornada fuerte. Un tabaco serio de los que fruncen el ceño del, equipo médico y les hace sentirse en toda su profesionalidad al final de la intervención.

Sale el torero semiinconsciente, con gesto de dolor y con la cara blanca. La gente se agolpa y aplaude emocionada sin saber por qué. Es el paisaje para después de una batalla.

Un médico del equipo susurra "si llega a ser en un pueblo pequeño El pensamiento se viste de un presagio afortunadamente por ahora vencido. La tragedia ha pasado de largo pero muy cerca, dejando un reguero de sangre, sudor y lágrimas.

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