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Entrevista:

"Europa se ve triste desde Madrid"

Madrid, dice, tiene un sitio para cada estado de ánimo. Eso, por ejemplo, ya es bastante para que le guste esta ciudad, en la que Verónica Alcázar nació hace 28 años. "Ahora tengo que pensar", dice muy vital, y desde Madrid ha emigrado unos días a El Escorial. A esta perfecta Española para Europa, elegida por el Parlamento Europeo en España entre más de 2.000 candidatas, la amplitud de miras no ha conseguido que se le vayan los ojos tanto por las fronteras invisibles como por un buen gazpacho, los recuerdos de infancia en las rodillas de Bergamín en su casa de Chamberí o respirar un poco de arte en Gamarra, la galería de arte de su madre. Madrid, siempre. Aquí, después de terminar Ciencias Políticas, prepara su doctorado en estudios europeos con la Fundación Ortega y Gasset; por lo demás, está preparada en un año en que no para; quiero decir que, a pesar de todas las glorias, está a la espera de un empleo. "Formo parte de la realidad de los parados, que es una palabra terrorífica", comenta, aunque intercambia guiños con la televisión y el mundo de la política.Pregunta. ¿Cuando le preguntan si es usted la mujer europea, sonríe o intenta echar una parrafada?

Respuesta. Depende de quién me lo pregunte (risas), pero no, no voy de mujer europea.

P. La política le gusta.

R. Me fascina. Es lo que rige todo

P.¿Qué haría si formara parte de la clase política de Madrid?

R. Primaría las igualdades entre los diferentes barrios; parece que hay unos que brillan más, mientras en otros los vecinos tienen que organizarse haciendo vigilancias por la noche para que no violen a sus hijas.

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P. Y ante los últimos descubrimientos en las obras de la plaza de Oriente, ¿continuaría o no con las obras?

R. Me pararía. Tenemos joyas de madrileños pasados; ahí abajo hay restos de civilizaciones que habría que analizar detenidamente.

P. ¿Cómo ve Europa desde Madrid?

R. A Madrid le distingue esta luz tan maravillosa que tenemos, por eso desde aquí Europa se ve triste.

P. ¿Y la mujer?

R. La de hoy es sensible, solidaria, tolerante, competitiva, preparada e independiente. La mujer española ha estado anulada hasta el año 1975, pero ha desarrollado un instinto de supervivencia que ahora heredamos. Por suerte, la palabra "sola" ya no es una palabra tremenda en el diccionario de la mujer; antes era impensable viajar sola, vivir sola...

P. ¿Las palabras "miss" o "certamen" de belleza podrían ser palabras tremendas en el diccionario de la mujer de hoy?

R. Las hay peores, como, por ejemplo, "wonderbra.", ¡con lo que se luchó desde el movimiento hippy para liberarse del sujetador ... !

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