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Una granada de ETA destruye el dormitorio de una niña de dos años, que resultó ilesa

La organización terrorista ETA intentó en la madrugada de ayer perpetrar una matanza entre las familias que habitan en el cuartel de la Guardia, Civil de la localidad navarra de Yesa y sólo un milagro. salvó la vida a Ana, una niña de dos años, cuyo dormitorio quedó destruido por un proyecto explosivo. A as 3.56, los terroristas lanzaron dos granadas anticarro contra un edificio de cuatro plantas en el que residen 19 personas -entre ellas, cuatro niños con edades que oscilan entre los dos y los cinco años- y que se encuentra cerca del núcleo urbano de la localidad navarra.

Una de las granadas entró, destrozando la ventana, en un dormitorio ubicado en el primer piso de la casa cuartel. En su interior dormía una niña de dos años, la única hija de un matrimonio que también dormía en ese momento en la habitación de al lado. El proyectil destrozó un tabique, una parte del cual quedó colgando hacia la cama donde estaba la niña. La granada rebotó de pared a pared sin llegar a herir a la pequeña.La segunda granada impactó en la fachada del cuartel, entre el tercer y cuarto piso del edificio y apenas a 40 centímetros de otra ventana. El artefacto rebotó contra el muro y rompió parte del alero del tejado del edificio.

A media mañana de ayer, Ana, una preciosa niña de ojos verdes y pelo moreno, miraba con curiosidad a los periodistas escondiéndose detrás de su madre que, muy nerviosa aún, observaba el deambular de la prensa por su domicilio. Los juguetes de su hija aparecían esparcidos por la habitación y cubiertos de cascotes. Horas antes, de madrugada, la niña había sido trasladada al Hospital de Navarra, en Pamplona, donde los equipos médicos de urgencias le sometieron a una exploración craneoencefálica y a otras pruebas antes de comprobar que se encontraba en perfecto estado de salud y de permitir su regreso a casa.

Artificieros de la Guardia Civil rastrearon la zona circundante al cuartel y localizaron por la mañana las lanzaderas colocadas por los -terroristas a unos 400 metros del acuartelamiento, en la parte trasera del mismo y muy cerca de la carretera general. El mecanismo contenía un temporizador. "Ha sido un auténtico milagro, gracias a Dios", declaró uno de los guardias que residen en la casa cuartel. "Es un trago muy amargo y nos provoca rabia contenida. ¿Qué daño les ha hecho esta niña? ¿Qué daño les hacemos nosotros, que sólo trabajamos para servir a la gente de esta zona? Es incomprensible", añadió el portavoz de los agentes destinados en Yesa.

El presidente del Gobierno de Navarra en funciones, Juan Cruz Alli, condenó este nuevo atentado en Navarra. Alli aseguró que el terrorismo "carece de cualquier tipo de justificación" y que la violencia "nunca está legitimada" y menos aún cuando se dirige hacia personas "cuya misión es estar al servicio de toda la sociedad" y hacia "sus familias indefensas".

Quinto atentado

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El ataque perpetrado ayer en Yesa, una localidad ubicada a unos 45 kilómetros de Pamplona en dirección a Jaca (Huesca), es el quinto que un comando etarra efectúa este año en la comunidad foral de Navarra contra cuarteles de la Guardia Civil. Aunque la delegación del Gobierno no ha confirmado que ETA haya, logrado reconstruir nuevamente el comando Nafarroa, cuyos últimos integrantes fueron detenidos a finales de 1994 sin perpetrar prácticamente ningún atentado, el número y la magnitud de los nuevos ataques hace pensar a los expertos antiterroristas que la banda dispone de varios miembros fijos en Navarra que cuentan con abundante material explosivo y que siempre actúan de la misma manera.La elección de pequeños cuarteles rurales y la colocación de los artefactos sugiere, además, que los autores conocen perfectamente las zonas donde actúan y ello hace pensar que se trata de ciudadanos navarros.

El primer ataque con granadas -siempre del tipo Mekar y entre 83 y 88 milímetros- se produjo el 27 de enero de este año contra la casa cuartel de Urdax, junto a la frontera de Francia. Más tarde, en julio, fueron atacados los cuarteles de Olite (4 de julio y primer atentado tras la ruptura por ETA de su tregua de una semana), Ochagavía (14 de julio) y Puente la Reina (18 de julio). En ninguno de ellos hubo que lamentar heridos. Y el 8 de agosto, intentaron incendiar, sin éxito, unos gigantescos depósitos de combustible junto al aeropuerto de Pamplona.

También en la madrugada de ayer fue atacada la sede del Partido Socialista de Navarra (PSN-PSOE) y del sindicato UGT en Tudela (Navarra). Varios jóvenes encapuchados arrojaron cócteles mólotov contra la fachada de la se de socialistas, que ha sido atacada ya en tres ocasiones. Las puertas metálicas impidieron que los líquidos inflamables provocaran daños en el interior del local.

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