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Los técnicos atribuyen la riada de Biescas a causas impredecibles

"No sabemos cuándo va a parar esto". La frase fue pronunciada ayer por un miembro de los equipos e rescate que trabajan en medio del lodo. Siguen tentando recuperar los cadáveres arrastrados por la violenta riada que en la tarde del miércoles arrasó el cámping Las Nieves, en Biescas (Pirineo de Huesca). Dos días después de la riada, la tragedia se sigue viviendo con incertidumbre.

Nadie sabe hasta dónde puede subir el número de muertos, aunque todas las fuentes coinciden en que la cifra de 72 que daba anoche como oficial el Gobierno aragonés se verá ampliamente superada. Los trabajos de búsqueda se centran en la presa de Sabiñánigo, 15 kilómetros río abajo de Biescas, mientras que en el terreno del cámping perros adiestrados señalaban anoche 12 puntos donde puede haber cuerpos enterrados. Una veintena de familias aún no han encontrado el cadáver de alguno de sus miembros y aguardan noticias en Jaca.

Mientras, el primer informe oficial elaborado por los técnicos del Gobierno aragonés atribuía ayer el desbordamiento del río Arás a la virulencia de la tormenta que cayó en la zona y que vertió más de 160 litros de agua y granizo por metro cuadrado en 45 minutos. Los técnicos calificaron la tragedia de impredecible. Los portavoces del Gobierno se aferraron a este informe para considerar la tromba de agua como única causa de la catástrofe.

El propietario del cámping, Luis Bardají, compareció ante los periodistas para asegurar que la instalación se encontraba perfectamente legalizada. Este extremo fue confirmado anoche por fuentes oficiales del Gobierno aragonés, que dijeron haber realizado un examen en profundidad del expediente.

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