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Zagreb disuelve la 'república' croata de Bosnia y para desbloquear la federación con los musulmanes

La paz en Bosnia ha costado demasiada sangre como para que las disputas de reyezuelos de taifas puedan hacerla saltar por los aires. Así lo deben entender los diplomáticos occidentales, que ayer movilizaron sus efectivos en los Balcanes a fin de evitar la ruptura de la federación de croatas y musulmanes. Al recibir una visita de mediadores internacionales, el Gobierno de Zagreb se apresuraba a anunciar la disolución de la República de Herceg Bosna, el feudo de los separatistas bosniocroatas que controlan el sector oeste de Mostar.

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El futuro de la Federación croato-musulmana, que junto con la República serbobosnia conforma el reparto territorial de Bosnia aprobado en los acuerdos de Dayton, se vio amenazado después de que los croatas de Mostar se negaran a aceptar el resultado de las elecciones municipales del pasado 30 de junio, que otorgó un mayor número de concejales a los candidatos musulmanes, y boicotearan la constitución del nuevo Ayuntamiento unificado.Desde entonces, se han sucedido los enfrentamientos entre ambas comunidades bosnias, salpicados de episodios de incendios de mezquitas e iglesias católicas en algunas poblaciones, y la Unión Europea, que administra Mostar desde hace dos años, ha amenazado con abandonar su misión en Mostar a partir del próximo domingo. El bloqueo croata pone en peligro, además, la celebración de los primeros comicios generales en Bosnia tras el fin de la guerra, previstos para el 14 de septiembre.

El presidente croata y líder real de Herceg Bosna, Franjo Tudjman, se entrevistó ayer con el coordinador adjunto de la ONU para la paz en Bosnia, el alemán Michael Steiner, y con los embajadores norteamericanos en Croacia, Peter Galbraith, y Bosnia, John Menzies, para intentar desbloquear la situación en Mostar. Un portavoz de Steiner explicó tras la reunión que "Tudjman había recibido el mensaje", aunque aún no había dado una respuesta a las exigencias occidentales.

Poco después, sin embargo, la radio estatal croata difundía un comunicado de la presidencia en el que se anunciaba la inmediata disolución de Herceg Bosna para transformarse en una "comunidad política del pueblo croata" integrada en la Federación con los musulmanes. Los acuerdos de paz de Dayton preveían la desaparición de la república croata de Bosnia desde comienzos de este año, pero los dirigentes de Herceg Bosna se han resistido a aceptar la autoridad de Sarajevo.

Mientras tanto, el pesimismo sigue planeando entre los líderes de Sarajevo. El primer ministro bosnio, Hasan Muratovic, advirtió ayer ante la Organización de la Conferencia Islámica (OCI), reunida en Ginebra, que los acuerdos de paz de Dayton están "cada vez más arnenazados". Para el primer ministro bosnio, después de las elecciones generales de septiembre, se corría el riesgo de caer en una situación "ridícula", en la que sólo habría existido de hecho la República serbobosnia, mientras la Federación croato-musulmana se vería amenazada por la supervivencia de "un para Estado mafioso [Herceg Bosnal]" en su interior. Hasta ahora, la falta de volundad política y económica manifestada por las autoridades de Zagreb ha sido, en opinión de Muratovic, el principal escollo para la normalización en la Bosnia de la posguerra.

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Conquistas de guerra

Los líderes de Sarajevo insisten, por otro lado, en que en las zonas en Bosnia controladas por los dirigentes serbios afines a Radovan Karadzic -sobre el que pende una orden de detención del Tribunal Internacional de La Haya como criminal de guerra- no se reunirán las condiciones mínimas que deben imperar en unas elecciones democráticas. "Esta situación permitirá que se legalicen las conquistas de la guerra y sigan en el poder las mismas personas", advirtió Muratovic.El grupo de contacto con Bosnia, la OCI, en el que participaron los jefes de la diplomacia de Arabia Saudí, Egipto, Irán, Malaisia, Marruecos, Pakistán, Senegal, Guinea-Conakry y Turquía, reiteró una vez más su apoyo al proceso de paz iniciado en Dayton y se comprometió a recabar los compromisos para cumplir las peticiones tanto políticas como económicas del Muratovic.

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