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La UE acelera las represalias contra Washington

Xavier Vidal-Folch

Obras son amores y no buenas razones. La Unión Europea (UE) reaccionó ayer a la ley Kennedy-D'Amato actuando. En lugar de grandes protestas verbales, aceleró las medidas de represalia comercial contra Estados Unidos. La Comisión aprobó el "reglamento antiboicoteo", que neutraliza los efectos de cualquier ley extraterritorial, sea la que penaliza las inversiones en Cuba (Helms-Burton), sea la que perjudica a los intereses europeos en Libia o Irán (D'Amato). Y los Quince, reunidos en el Coreper (Comité de Representantes Permanentes de los 15), aceleraron la puesta en marcha de las otras medidas previstas.La Comisión Europea aprobó el reglamento que neutraliza las leyes extraterritoriales por unanimidad y sin discusión. El texto (véase EL PAÍS de ayer) protege a las empresas europeas de la ley HelMs-Burton y de cualquier ley parecida, negándoles validez en Europa."Ninguna sentencia dictada en su virtud será reconocida y nadie cooperará Con los tribunales norteamericanos, indica su articulado, salvo en casos de extrema gravedad. Reconoce a los inversores europeos el derecho a auto indemnizarse persiguiendo los activos instalados en Europa de las empresas norteamericanas que les perjudiquen pleiteando en EE UU. Y encomienda a los Gobiernos que "establezcan las multas imponibles" a las empresas comunitarias que se sometan a la ley Helms-Burton negociando con los tribunales norteamericanos o incluso contestando a sus requerimientos.

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El reglamento "antiboicoteo" sólo cita a la ley Helms-Burton en el anexo, de forma que cualquier norma parecida -como la Kennedy-D'Amato- puede incorporarse a él sin necesidad de tocar el cuerpo. "Así, garantizamos que la ampliación del objeto del reglamento pueda hacerse en tres días, a través del Coreper", explicó un alto funcionario.El reglamento es duro y espectacular. Por eso resultó insólito que su texto se mantuviera secreto, tanto para los comisa rios como para el Coreper, reunidos simultáneamente. Y es que, aunque el colegio de comisarios aprobó en principio el reglamento, habilitó a su proponente, Leon Brittan, para que lo forma lice en unos pocos días. Brittan obtuvo ese breve plazo so pretexto de "pulir algún fleco". Pero en realidad lo que pretende es obtener, antes de hacerlo público, el visto bueno de Londres. Brittan está convencido de que con su gesto obtendrá el sí definitivo del Reino Unido y, así, la necesaria unanimidad.

Sabe que en el último Consejo de ministros de Exteriores, el titular del Foreign Office, Malcolm Rifkind, manifestó reiteradamente que el objetivo del reglamento se asemeja al de la ya existente ley británica, y se mostró "a favor de la legislación comunitaria antiboicoteo". Pero resulta que en Londres han salido algunos asesores más papistas que el papa, contrarios a la comunitarización de las decisiones, que se escudan en coartadas técnicas o procesales (pase por los Comunes).

Mientras, el Coreper decidió acelerar" el, resto de medidas de represalia, a instancia de Francia. El embajador francés alertó de que, en caso contrario, "daría la impresión de que no estamos avanzando ni lo suficiente ni al ritmo requerido" en la batalla contra las leyes extraterritoriales. Así, se decidió encomendar al llamado comité K-4 (que se ocupa de asuntos de Justicia e Interior) que presente ya, y no en septiembre, una. propuesta sobre restricciones de visados a ciudadanos norteamericanos; al comité 113, que proponga el recurso ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), y al grupo de trabajo del Consejo América Latina, que sea el que se encargue de recibir al "embajador especial" del presidente Bill Clinton para asuntos cubanos.

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