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La Habana y Washington evitan que la flotilla anticastrisita entre en Cuba

Los gobiernos de Cuba y EE UU colaboraron ayer en alta mar para evitar que una flotilla de una docena de embarcaciones de exiliados anticastristas violase las aguas territoriales de la isla y provocase nuevas tensiones bilaterales. La flotilla partió de Cayo Hueso al amanecer para conmemorar, frente a las costas cubanas, el segundo aniversario del hundimiento del remolcador Trece de Marzo y protestar contra el régimen de Fidel Castro.

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Barcos de la Marina cubana esperaron desde primera hora a los exiliados a nueve millas de la costa, mientras que guardacostas norteamericanos escoltaron a la flotilla y otro navío de Estados Unidos se situó a 13,5 millas de La Habana. En todo momento las acciones fueron coordinadas y los guardacostas de ambos países estuvieron comunicados. Primó el pragmatismo y la racionalidad.La colaboración de las autoridades cubanas y norteamericanas fue total. Un alto oficial del servicio de guardacostas de Estados Unidos viajó a La Habana antes del sábado para supervisar desde la Sección de Intereses de EE UU en Cuba el desarrollo de los acontecimientos y coordinar las acciones con los militares cubanos. Según un coronel del Ministerio del Interior cubano, los guardacostas de los dos países estuvieron comunicados entre ellos en todo momento.

"Ni al Gobierno cubano ni a Estados Unidos nos interesa que haya incidentes", aseguró el coronel en el puerto de La Habana, adonde acudió a supervisar la salida de un viejo cazasubmarinos de la Marina de Guerra. El buque, de matrícula CS-321, realiza habitualmente misiones de guardacostas, y partió de la bahía de La Habana a las once de la mañana con medio centenar de periodistas. José Toirac Rodríguez, su capitán, aseguró que -todo el armamento de la nave iba enfundado y que Cuba no usaría la fuerza pasase lo que pasase. "Creo que Estados Unidos está en la mejor disposición para no permitir que se produzcan violaciones", aseguró.

El Gobierno de Estados Unidos advirtió esta semana a los organizadores de la flotilla que se abstuviesen de penetrar en aguas cubanas, si bien Washington expresó su solidaridad con los exiliados cubanos y su apoyo a cualquier protesta pacífica encaminada a llevar la democracia a Cuba. A pesar de las advertencias, los jefes de la flotilla aseguraban hasta ayer que se reservaban el derecho a entrar en aguas de Cuba para conmemorar los sucesos del remolcador Trece de Marzo, incidente ocurrido hace dos años en el que murieron ahogadas 41 personas (entre ellas varios niños) cuando trataban de huir de la isla tras ser abordadas por barcos cubanos. El viernes por la noche, Ramón Saúl Sánchez, uno de los líderes del Movimiento Democracia, que organizó la expedición, afirmó que las embarcaciones del exilio no sobrepasarían el límite de las 12 millas.

"El 13 de julio de 1995, al cumplirse el primer aniversario del hundimiento del remolcador, grupos del exilio realizaron una protesta similar frente a las costas de La Habana y penetraron en aguas cubanas provocando un incidente con guardacostas, cubanos, que expulsaron por la fuerza a la flotilla, con el saldo de tres exiliados heridos. También ese día, avionetas de Hermanos al Rescate que acompañaban a la flotilla sobrevolaron La Habana, suceso tras el cual el Gobierno de Fidel Castro advirtió que no toleraría más violaciones de su soberanía y expresó que a partir de ese momento podría hundir cualquier barco que entrase sin permiso en sus aguas o derribar las naves que violasen su espacio aéreo. En esta ocasión todo transcurrió con normalidad y no hubo incidentes.

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Según las autoridades cubanas, este tipo de protestas está financiado por la "mafia contrarrevolucionaria" de Miami y, los sectores más conservadores del exilio para provocar tensiones entre Cuba y EE UU.

Hasta hace poco, Cuba denunció que dichas actividades eran realizadas con el beneplácito de las autoridades norteamericanas. Ahora parece haber quedado bastante claro que ninguno de los dos gobiernos está interesados en que ocurran incidentes y que están dispuestos a colaborar de forma eficiente para evitarlo.

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