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El paso decisivo de Gala León

La tenista madrileña se ha ganado en París el derecho a estar entre las grandes

Llegando a los octavos de final del torneo de Roland Garros, la madrileña Gala León dio un paso decisivo. No es que haya resuelto ya su carrera tenística. Más bien se trata de que a partir de ahora podrá desarrollarla. Hasta que llegó a París sólo había tenido una ocasión de enfrentarse a las grandes jugadoras del circuito. Fue en el torneo de Roma, donde superó la fase previa. Hasta entonces toda su carrera había transcurrido en los circuitos para promesas que organiza la Federación Internacional en colaboración con la Womens Tennis Association. Y en esta etapa el tenis suele costar, bastante dinero.Gala no es en este sentido distinta del resto de jugadoras que se mueven en la élite mundial. También ellas pasaron por este trance cuando iniciaron sus carreras deportivas. La diferencia fundamental reside en que tardaron menos en abandonarlo. "Me ha costado", reconoce ella, a sus 22 años. "Casi nadie creía en mí. Decían que era una jugadora con clase pero que me fallaba la cabeza. Era más sencillo decir eso que enseñarme a jugar al tenis".

A pesar de que recibió ayudas por parte de la Federación Española de Tenis, Gala se muestra especialmente dura con esta entidad: "Si por ellos fuera, ya me habría retirado". Pero el dinero federativo le permitió estar en un grupo de élite de Madrid y después desplazarse a Valencia, donde estuvo cuatro años -entre los 17 y los 21- entrenándose con Gonzalo López y con el hermano de la tenista Virginia Ruano. No es que guarde un gran recuerdo de aquella etapa. Al contrario.

"Allí no era feliz", asegura su padre José León, que junto a su madre Conchi García se desplazaron a París para vivir los mejores momentos tenísticos de su hija. "Hace siete meses que vive en Barcelona y se entrena con Gabriel Urpí. Y el cambio se ha notado. Ha sido como un milagro. Se la ve contenta. Se nota que se siente bien con su entrenador. Ahora es feliz".

Tampoco es atípico que el camino transcurrido haya estado jalonado por múltiples momentos de cierta desesperación. "Le faltaron medios para poder tener buenos entrenadores, porque eso cuesta unas 300.000 pesetas al mes, y nosotros no podemos pagarlas", confiesa su padre.

Al menos, su familia creyó siempre en Gala. La espoleó para que no se rindiera cuando las cosas iban mal y estaba pensando en dejarlo todo. Y ahora, que va a percibir más de cinco millones de pesetas por haber jugado el torneo parisiense, sus padres y sus tres hermanos -ella es la menor de todos- están también a su lado, en París.

"En estos días estoy viviendo un sueño", asegura ella, sin importarle ya lo que ocurra en su partido contra Iva Majoli de octavos de final. "Ganar en París siempre es una ilusión para cualquiera que se dedique a esto. Pero cuando ves que has superado algunas rondas te parece ya increible. Mi principal objetivo era romper con todo lo negativo. Y ya lo he hecho. Veo que puedo estar entre las 30 o 40 mejores del mundo. Y hacia ahí me lanzo".

Por el momento, Gala recibe ropa de Reebok y raquetas de Estusa. Pero ninguna de estas dos marcas le paga dinero. Sólo el RACE la financia con un millón de pesetas anuales. Es muy poco dinero si se tiene en cuenta que cubrir una temporada puede costarle entre cinco y siete millones. Pero esa dinámica también va a cambiar para ella.

"Está ahí arriba. Y ahora tendrá ocasión de enfrentarse a las mejores en cada torneo", explica Conchita Martínez, que hace dos semanas pidió una carta de libre entrada para ella en el torneo de Madrid. "Gala, está jugando bien. Debe mejorar el servicio y coger experiencia. Pero ahora al menos podrá hacerlo. Y creo que se lo merece".

Hasta ahora su juego no había podido evolucionar a la velocidad necesaria. "Creo que se aprende más en un partido en este torneo, que ganando una competición de promesas", asegura. Gala sigue dando valor a los títulos del circuito de la Federación Internacional que ganó en Barcelona, Vigo, Getxo, Faro y Madrid. Pero es ahora cuando acaba de descubrir que aquello era sólo un primer paso. Le queda otro para ajustar su juego en el circuito al que acaba de acceder.

"La diferencia es básicamente mental", asegura. "Allí ganar los puntos es más fácil. Aquí te encuentras con rivales que no te regalan nada, que buscan tus puntos débiles, que te analizan y a las que debes ganar cada punto. Pero también he descubierto que cuando coges confianza es difícil que la pierda, en un mismo torneo".

Gala León ha luchado para llegar. Esta semana su clasificación saltará del puesto 108º a otro entre el 60º y el 70º mundial. Aún no conoce a las que van a ser sus nuevas companeras del circuito.

Sólo tiene tratos con Arantxa y Conchita. Pero ya sabe que para seguir su carrera deberá renunciar a muchas cosas, entre ellas el amor. "Sólo hay dos posibilidades para no renunciar a ello: ganar mucho dinero y llevarte a tu pareja, o buscar un chico que tenga una gran fuerza moral, que se aguante, para que cuando vuelvas a casa no te encuentres unos cuernos que no te dejen pasar por la puerta", dice.

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