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La dirección niega haber alentado la crisis y se declara sorprendida

Ausente José María Aznar, de regreso de su viaje oficial a Marruecos, los dos dirigentes principales del aparato del Partido Popular se enteraron de la dimisión de Cristófol Soler en los pasillos del Congreso. El secretario general y vicepresidente primero del Gobierno, Francisco Álvarez Cascos, comparecía en la Comisión Constitucional del Congreso, en la que se encontraba también el diputado y coordinador general del PP, Angel Acebes.La dimisión cogió por sorpresa a los dirigentes, que habían seguido la remodelación del Gobierno balear a través de Joan Huguet, presidente del Parlamento autónomo y del PP en las islas. Sin embargo, Huguet no adelantó el lunes por la noche el menor indicio de que la crisis pudiera estallar ayer con virulencia irreversible.

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Este hecho resulta un síntoma más del escaso control real que ha logrado Huguet sobre la organización desde la dimisión forzada de Gabriel Cañellas, en julio del año pasado, y da pie a la dirección del PP en Madrid a asegurar con rotundidad que en absoluto ha alentado ni amparado el derribo de Soler.

Conocido el golpe de mano parlamentario contra el presidente del Gobierno balear, Acebes se limitó a declarar por la tarde que la crisis les corresponde resolverla a los órganos del partido en las islas y a grupo parlamentario: "Fue éste el que propuso a Soler y el que debe proponer a su sucesor, que tendrá nuestro respaldo".

"Conflicto larvado"

Acebes reconoció que el voto contra Soler ha sacado a flote "un conflicto larvado importante" y manifestó su sorpresa porque el ya dimitido presidente del Gobierno autónomo "ha conseguido poner a casi todos contra él y, desde luego, una cuasi unanimidad para respaldar al candidato a sucederle". A la desautorización de la política de Soler, se destaca en la dirección del PP, sólo se opusieron cuatro diputados, precisamente los que iba a incorporar como consejeros al Gobierno, pero incluso estos dieron luego su apoyo a Jaume Matas como candidato del PP a la investidura.Desde Génova, 13, se resta importancia como detonante al proyecto de normalización lingüística de Soler, que le facilitó una magnífica relación con el presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, y se pone el acento en las críticas del grupo parlamentario por un "fuerte personalisrno". Según esta interpretación, la gota que colmó el vaso fue el conocimiento de los diputados "por la radio" de la composición del nuevo Gabinete.

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Huguet será convocado esta semana a Madrid para que informe de la situación. La dirección intentará que se llegue al congreso regional balear, tras el verano, con una candidatura de síntesis, aparentemente facilitada por la amplitud del rechazo a Soler y la unanimidad del respaldo a Matas, pero ahora ya sabe que esa síntesis pasa por el control del PP balear -a la sombra o a plena luz del día- por Cañellas.

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