"Todo el PP ha comprendido que la única posibilidad era el pacto con los nacionalistas"
Su nombre se barajó para todos los niveles de responsabilidad, desde la portavocía del Grupo Popular en el Congreso hasta la del Gobierno o una cartera ministerial. Al final, José María Aznar le señaló para ser el apagafuegos y el rostro del partido. Su primer reto, desde el pequeño despacho que acaba de ocupar en la séptima, planta de Génova, 13, junto al del ahora jefe del Ejecutivo, serán los congresos para renovar las direcciones regionales, provinciales y locales del PP el próximo otoño, un proceso en el que participan medio millón de afiliados.Pregunta. ¿Es usted uno de los grandes damnificados de la formación del Gobierno?
Respuesta. De ninguna manera. Estoy muy satisfecho de la responsabilidad que se me ha encomendado, que no es pequeña: dirigir el primer partido de España, lógicamente en coordinación con el presidente y el secretario general. Me parece una prueba de confianza.
P. Si Aznar sigue como presidente del partido y Francisco Álvarez Cascos como secretario general, sin renunciar a ninguna de sus funciones, ¿no corre el riesgo de ser un mero delegado?
R. Mi función será la dirección ordinaria y cotidiana del partido. Quizá tenga más competencias de las que desearía, al menos en un primer momento. Trabajaré en estrecha colaboración con el presidente y con el secretario general, con los que estoy en contacto casi diario.
P. Ahora que gobierna, ¿qué retos le quedan al PP?
R. "Trataremos de profundizar en el carácter de centro, centrista y reformador, que le ha sabido dar Aznar al partido. Creo en esa orientación firmemente. Y debemos mantener y fortalecer una implantación territorial ya muy sólida, con más de 500.000 afiliados, y una unidad que da una fortaleza enorme a. nuestro proyecto político.
P. Sorprende el contraste entre el debate en los partidos nacionalistas que han pactado con el PP y el hecho de que en éste no se haya escuchado una sola voz crítica o discrepante.
R. El PP es un partido muy cohesionado y que tiene muy claro el objetivo. Hubo un resultado y un mandato electoral y todo el inundo, se ha puesto a trabajar. Era necesaria para España la alternancia, había llegado el fin de un periodo, era necesario el cambio y debía pilotarlo desde la. presidencia José María Aznar. La única posibilidad era un pacto con los nacionalistas y toda la organización lo ha comprendido con nitidez.
P. ¿Cómo se pasa de gritar "Pujol, enano, habla castellano", en la noche electoral, a pactar con el presidente catalán?
R. No podemos ser copartícipes de lo que alguno en la calle haya gritado de forma absolutamente aislada. Las posibilidades, en política, las fijan los ciudadanos en las urnas. Nosotros siempre hemos creído en el diálogo y en la búsqueda de objetos comunes y el resultado ha sido pacto.
P. ¿Qué nivel de exigencia va a mantener el partido frente al Gobierno?
R. Intentaremos ayudar para que el proyecto del discurso de investidura del presidente Aznar se pueda cumplir en todos sus objetivos.
P. Ahora que se ven en el poder municipal, autonómico y central, ¿es fuerte la tentación de montar una Filesa para financiar la maquinaria política?
R. Nooo... No hay ninguna tentación. No se va a montar ninguna Filesa. Ni siquiera se nos pasa por la cabeza, ni en grado de tentación. No habrá ninguna financiación irregular.
P. ¿Cómo afrontará dos asuntos pendientes en Baleares: el caso Sóller, por el presunto cobro de comisiones, y el caso Calviá, por el intento de soborno a un concejal el PSOE?
R. En Baleares dimos un ejemplo de actuación inmediata en ambos casos, un ejemplo de firmeza y de rigor, incluso antes de que hubiera indicios definitivos. Ahora queda el ámbito estrictamente judicial. En el político se actuó pronto y con rigor.
P. Si de la reapertura del caso Calviá resultasen nuevas responsabilidades de afiliados o dirigentes, ¿se les separaría del partido como a los anteriores?
R. Claro. El partido siempre estará por una actuación honesta de sus cargos públicos. Frente a comportamientos irregulares actuará siempre igual.
P. Como portavoz en el Senado tuvo un papel destacado en la abortada comisión investigadora de los GAL. Como diputado, ¿no le causa incomodidad la posición del PP, contraria a crear una nueva comisión?
R. Soy diputado y comparto la posición del portavoz, Luis de Grandes. Son circunstancias distintas. La comisión en el Senado no la dinamitamos nosotros, sino los que hicieron imposible la investigación. Pero ha habido unas elecciones, y yo comparto la decisión de nuestro grupo.
P. Las primeras opiniones negativas del PP frente al acuerdo de cooperación entre las comunidades vasca y navarra pueden causarle problemas con el PNV. ¿Hay solución?
R. Nosotros tenemos un acuerdo con Unión del Pueblo Navarro [UPN] que vamos a cumplir, como vamos a cumplir con lealtad los pactos de investidura. UPN es la que fija nuestra política en su ámbito territorial y será la que proponga qué hacer en esta ocasión. Eso no impide que podamos dialogar cuando tengamos un conocimiento exacto del acuerdo vasco-navarro. Dialogaremos. No creo que se produzca enfriamiento de relaciones con el PNV.
P. Pero el asunto es escabroso. Si perdiesen el apoyo del PNV, se quedarían con una mayoría parlamentaria de 176 escaños, la mitad más uno.
R. Sería también mayoría, pero es una cosa en la que no debernos pensar. Con el PNV mantendremos un diálogo sereno y abierto. Encontraremos cauces para que la colaboración siga siendo permanente.
P. ¿Ve posible una salida sin ruptura con UPN en Navarra ni pérdida del apoyo del PNV?
R. Con diálogo y buena fe se pueden conseguir acuerdos.
P. Hay quien ve a la extrema derecha agazapada electoralmente detrás del PP. ¿El pacto con los nacionalistas puede ser la chispa para que esa extrema derecha cobre autonomía y aparezca con su verdadero rostro?
R. Eso es política ficción. De lo que yo estoy convencido es de nuestra posición. Somos un partido de centro con todas las consecuencias. Aquí cabe todo el que comparte las ideas de tolerancia, diálogo y acuerdo, posiciones no radicales por definición. Los jóvenes se alejan cada vez más del extremismo. La extrema derecha tiene organizaciones y poco eco, por fortuna.
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