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EL PP LLEGA AL GOBIERNO

Las comunidades ganan autonomía financiera al poder decidir sobre el 40% de sus ingresos

Andreu Missé

Las comunidades autónomas registrarán un importante incremento de su autonomía financiera cuando sea efectiva la cesión del 30% del IRPF (impuesto sobre la renta) acordada en el pacto entre el Partido Popular y Convergéncia i Unió (CiU). La cesión de esta casi tercera parte de los ingresos por IRPF (el impuesto con mayor capacidad recaudatoria) habría proporcionado a las autonomías. 1,5 billones de pesetas) en 1995 (últimos, datos disponibles). Con la disposición de estos nuevos recursos, la autonomía financiera de las comunidades autónomas se elevaría casi al 40% de su presupuesto en el mismo año. El acuerdo, sin embargo, no resuelve los graves déficit de Sanidad y Enseñanza.

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La escasa autonomía financiera es uno de los problemas más serios que padecen las comunidades autónomas. En los presupuestos de 1995, los recursos recaudados directamente por Ias autonomías (tributos cedidos, tributos propios y tasas) ascendían a 1.096.250 millones de pesetas, lo que representaba solamente el 16% de su presupuesto. Durante el pasado ejercicio, la recaudación del 15% del IRPF sólo fue significativa en Cataluña y la Comunidad Valenciana, que en conjunto representó unos ingresos de 247.444 millones de pesetas.Si en 1995 los gobiernos autónomos hubieran dispuesto del 30% del IRPF recaudado en su territorio habrían incrementado su autonomía financiera en su comunidad en 1,48 billones de pesetas. Ello significaría que la autonomía financiera del conjunto de las comunidades se situaría en el 38,4%. En el caso de Cataluña sería del 39,5%. En las comunidades del artículo 143 (vía lenta) el porcentaje de autonomía financiera es mucho más elevado. En esta simulación de 1995, los ingresos de Baleares y Madrid, por tributos propios, cedidos, y el 30% del IRPF superarían incluso su presupuesto y tendrían que devolver dinero. Esta situación se corregirá en la medida en que estas comunidades reciban completamente las competencias de Enseñanza y Sanidad.

La autonomía financiera se acercaría casi al 50% del presupuesto si a los ingresos por tributos propios y gestionados se añade el endeudamiento nuevo de cada año. En 1995 fue de 539.285 millones de pesetas para el conjunto de comunidades.

Acuerdo sin cifras

El acuerdo en materia de financiación tiene más las características de un acuerdo marco que las de un pacto con medidas concretas que resuelva los problemas actuales. El aspecto más positivo es que supone un importante avance en la corresponsabilidad fiscal. Significará que las autonomías serán responsables de sus ingresos y gastos y, por tanto, ya no podrán ampararse en la falta de recursos de la Administración central cuando se les pida cuentas de sus obligaciones.La parte más negativa es que todo el acuerdo es muy abierto, con un grado de concreción muy pequeño. Es un acuerdo de financiación sin cifras. Uno de los aspectos más polémicos -la obtención de más ingresos por las comunidades que realicen mayor esfuerzo fiscal- sigue siendo una gran incógnita. En teoría, la cesión de tina parte del IRPF recaudado en las respectivas comunidades debería ser ventajoso para las comunidades más ricas y con mayor capacidad recaudatoria, y por eso lo piden. El fundamento es que la recaudación del IRPF crece a un ritmo mayor que el Producto Interior Bruto (PIB). Por tanto, es lógico que las comunidades ricas sean partidarias de sustituir una parte de sus ingresos procedentes del Estado -que crecen al ritmo del PIB- por una participación en el IRPF, que crece más deprisa.

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Para evitar que ello pudiera causar una ganancia excesiva a unas comunidades en perjuicio de otras se estableció un límite a esta ganancia del llamado esfuerzo fiscal. Se estableció que la ganancia máxima no podría superar el 2% de los ingresos totales de cada comunidad. Estos ingresos adicionales no podían superar los 52.000 millones para todas las comunidades. Pues bien, en el reciente pacto entre el PP y CiU no se establece limitación alguna.

Este aspecto es, sin embargo, más complejo y con muchos argumentos contradictorios. De acuerdo con un estudio de Antoni Zabalza, la ganancia adicional para Cataluña en 1993, si se hubiera aplicado el sistema, habría sido de 40.000 millones de pesetas. Sin embargo, estudios posteriores de Hacienda rebajaban esta ganancia a 4.900 millones de pesetas para 1996.

Previsiones contradictorias

Otros estudios de Hacienda señalan que la recaudación del IRPF entre 1995 y 1998 crecerá el 28,8%, mientras que el PIB nominal (PIB real más inflación) sólo crecerá el 20,9%. Si se cumpliera esta proyección, el beneficio sería muy importante para todas las comunidades. Pero tampoco esta proyección es muy fiable. Para 1994 se había previsto un aumento de la recaudación del IRPF del 0,3%, la realidad fue del 0,9% y en cambio el PIB creció el 6,2%. Para 1995, la previsión de recaudación era del 5,4%, la realidad fue mayor, 6,5%, y el PIB creció el 7,6%. Como se puede ver, nadie sabe valorar realmente lo que se ha pactado y lo más seguro es que una vez vendida la excelencia del pacto volverá la polémica.

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