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Major evita la división de los 'tories' al preparar la cumbre de la UE en Turín

En un nuevo intento de mantener en pie el precario equilibrio en las filas del Partido Conservador, el Gobierno británico publicó ayer -un cauteloso documento en el que están recogidas las líneas maestras de la que será su posición europea en la conferencia intergubernarnental que se inicia en Turín el día 29. Aunque el texto se pronuncia claramente en contra de una Europa federal y reitera la vocación proestadounidense del Reino Unido al insistir en que la OTAN es y debe seguir siendo la "espina dorsal de la defensa europea", evita otros asuntos polémicos como la política pesquera y la moneda única.

El ministro de Exteriores, Malcolm Rifkind, presentó ayer en la Cámara de los Comunes un documento que pasa de puntillas sobre dos polémicas realidades comunitarias que cuentan con escasas simpatías de los diputa dos conservadores euroescépticos, llamados así por su oposición visceral al proceso de unidad Europea. Se trata del Tribunal Europeo de Justicia y la política pesquera común. Rifkind se limitó a anunciar que el Gobierno británico oritentará mejorar el funcionamiento del alto tribunal y, en cuanto a la polémica pesquera, optó por dejarla para mejor ocasión, no sin criticar de paso las leyes comunitarias, inadecuadarnente aplicadas, a su juicio.Rifkind recalcó que los acuerdos del Tratado de Maastricht no son inamovibles. Todavía está caliente la polémica suscitada en el Reino Unido por la decisión del Tribunal de Luxemburgo de dar la razón a un centenar de armadores españoles que reclaman compensaciones por los daños causados a sus intereses por la restrictiva legislación pesquera británica.

El Libro Blanco sobre Europa, titulado Una asociación de naciones, se mantiene alejado también del espinoso tema de la moneda, única, por la simple razón, dijo ayer Rifkind, de que "no está previsto en la agenda de [la conferencia intergubernamental de] Turín".

Críticas laboristas

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Robin Cook, portavoz laborista, de Asuntos Exteriores, corrigió al ministro, al preguntarse en la Cámara baja si tal omisión no se debe más bien a la situación interna del Partido conservador, que se encuentra profundamente dividido entre partidarios y detractores de la Unión Europea.

En unas declaraciones a la BBC realizadas por el ministro de Exteriores poco antes de la' presentación del documento, Rifkind insistió en que la decisión sobre si se someterá o no a referéndum la eventual incorporación del Reino Unido a la moneda única se conocerá en cuestión de semanas.

Por lo demás, el tono de Rifkind fue particularmente ponderado, recordando de pasada los beneficios obtenidos por el Reino Unido en los 20 años de pertenencia a la Unión Europea.

El texto deja claro que el Reino Unido vetará cualquier intento de extender el voto mayoritario cualificado en la toma de decisiones de la UE, y aboga Por el mantenimiento de un Parlamento europeo de perfil bajo.

Algunos analistas consideraban ayer que el Libro Blanco es excesivamente proeuropeo para el paladar de los conservadores euroescépticos, varios de los cuales ya han hecho pública su intención de no votar a favor del documento tras el debate de que será objeto el jueves en la Cámara de los Comunes.

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