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El Parlamento portugués concede el perdón político a Saraiva de Carvalho

La Asamblea de la República portuguesa aprobó ayer por mayoría la amnistía para el teniente coronel Otelo Saraiva de Carvalho, el héroe de la revolución de los claveles, y para todos los implicados en las actividades del grupo ultraizquierdista Fuerzas Populares Veinticinco de Abril (FP-25). No obstante, la ley aprobada no perdona los crímenes de sangre, por lo que aún quedan pendientes de revisión judicial las acciones terroristas de las FP-25, condenadas en primera instancia por 12 homicidios.

La propuesta de amnistía presentada por el Partido Socialista, siguiendo una iniciativa personal del presidente de la República, Mario Soares, fue aprobada por 123 votos a favor (socialistas y comunistas), 94 en contra (socialdemócratas-conservadores y populares) y tres abstenciones (independientes en las filas socialistas).La amnistía será firmada por Soares antes de que éste abandone la jefatura del Estado, el próximo 9 de marzo, pero no resuelve definitivamente el "enorme embrollo jurídico" en que se encuentra envuelto el caso. Actualmente se hallan abiertos 50 procesos judiciales en diferentes jurisdicciones, que deberán aclarar si procede o no el perdón político aprobado ayer.

El teniente coronel Otelo Saraiva de Caivalho, de 59 años, fue el rostro de la revolución de los Claveles, que supuso el fin de la dictadura en Portugal, en abril de 1974. Desde principios de los años setenta, había participado en las reuniones secretas de oficiales antifascistas y, a partir de 1973, intervino en la creación del Movimiento de las Fuerzas Armadas (MFA), que derrocaría al régimen autoritario de Marcelo Caetano el 25 de abril de 1974. Saraiva de Carvalho fue entonces nombrado responsable del Comando Operacional del Continente (Copcon), fuerza de intervención rápida con la que hizo fracasar dos intentos contrarrevolucionarios dirigidos por el general Spínola.

En noviembre de 1975, los enfrentamientos en el seno del MFA propician el triunfo de los militares moderados entre los que se hallaba el general Ramalho Eanes, que sería posteriormente presidente de la República. A partir de entonces, Otelo quedará relegado del proceso político portugués.

En 1986 fue condenado a 18 años de prisión por la supuesta fundación de las FP-25, que serían responsables, desde su creación en 1980, de cerca de 80 atentados, en los que murieron 12 personas. Otelo cumplió cinco años de cárcel hasta que tuvo que ser puesto en libertad provisional por sobrepasar el periodo máximo de prisión que prevé la legislación portuguesa.

Recientemente, el Tribunal Constitucional ordenó la repetición de ese juicio por considerar que no se habían respetado todos los derechos de su defensa. El abogado de Saraiva de Carvalho, Romeu Francés, calificó ayer de "incompleta" la ley de amnistía aprobada por el Parlamento, al no incluir los crímenes de sangre.

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Soares argumentó que la amnistía total es necesaria por el bien de la "reconciliación nacional del país" y para evitar "los odios y las venganzas entre los portugueses". El presidente electo, el también socialista Jorge Sampaio, declinó hacer comentarios sobre el caso, al menos hasta que tome posesión de su cargo, el próximo fin de semana.

Asimismo, la Asamblea portuguesa aprobó por unanimidad indemnizar a las víctimas de los atentados terroristas cometidos por las FP-25.

El Parlamento también aprobó un anexo a la ley de amnistía para impedir que los condenados por las actividades de los GAL en Lisboa pudieran beneficiarse del perdón político. Actualmente se encuentra en prisión uno de los principales activistas de esta organización, el francés Jean Philippe Labade, sobre quien pesa una solicitud de extradición.

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