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Tribuna
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Hidrosaunas y bellotas

Un estremecimiento de horror ha recorrido mi espinazo al conocer las declaraciones de Ana Mato portavoz en materia de Comunicación del Grupo Popular en el Congreso de los Diputados, en el sentido de que si el PP Ilega a gobernar en Andalucía se garantizará "una televisión autonómica que promocione los valores andaluces". Considerando que, en materia de faralaes, sillas de enea, rasgueo de guitarras e interminable sucesión de sevillanas, al Canal Sur socialista sólo le está faltando montar en una jaca al hombre del tiempo produce pavor la posibilidad de una inminente refundación andaluza del canal autonómico, privatizada y, quizá, vendida a Lauren Postigo.En estos tiempos de elecciones que oscilan entre el Carnaval y el Miércoles de Ceniza, hay que andarse con mucho cuidado con lo que se lee, se ve y se oye, porque a la que te descuidas has metido la pata en la urna y acabas rezándole al Gran Poder cuando creías que estabas apoyando el cumplimiento íntegro de penas de los nazis nuestros. Y es difícil, entre los dos coros dominantes, escuchar la voz de la tercera fuerza, que va a lo suyo con JASP (Julio Anguita Serenamente Preguntón), tendiendo la mano para que los socialistas salgan del pozo: generosa propuesta que hace de él una especie de Manolo Caracol cantándole La niña de fuego a la descarriada Lola Flores/PSOE: "mujer que sufre y padece, te ofrezco la salvación. ( ... ) Soy un hombre bueeeeeno que te compadece, ayayayay". Anguita, que tiene más sentido del humor del que aparenta, sorprendió hace poco a los periodistas cuando, en Mérida, en unas deelaraciones improvisadas, le taparon literalmente la cara con micrófonos y magnetofones. "Más abajo, bajadlos más", pidieron los cámaras. Los informadores hicieron descender sus instrumentos a la altura del pecho del líder de IU. "Más abajo", dijo otro. Y ahí, Anguita se plantó: "Más abajo,no".

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Y de JASP a Jaws, porque en una calle de Bilbao coinciden en la pared, con más mala pata que mala intención, un póster del presidente González con el eslogan España en, positivo, y, debajo, el anuncio de la última película de Josema, Adiós, tiburón. Claro que, para campaña mural, la del candidato de Iniciativa Ciudadana Vasca, el señor Gorordo, que se ha declarado en huelga de hambre en protesta por la discriminación con que los medios públicos están tratando su candidatura.

Volviendo al PP, la nota fina y cosmopolita ha vuelto a ponerla Federico Trillo que, según fuentes del partido, está preparando una tesis sobre Shakespeare-, improvisando en Calpe -ya lo hizo en las europeas- un mitin en inglés, ante unos residentes británicos. Estas cosas la enorgullecen a una, y le hacen ver lo mucho que hemos progresado, lejos ya de los tiempos en que los de la derecha que sabían idiomas se hacían, azafatos /as.

Quizá también por finura, o sencillamente porque quiere demostrar que los populares no destruirán el Estado de bienestar y empiezan por mejorar el suyo, el presidente de la Generalitat valenciana, Eduardo Zaplana, se ha instalado una hidrosauna en el servicio contiguo a su despacho. Los socialistas, hechos unas hidras -pero no unos sáunicos-, han puesto el grito en el cielo y se disponen a pedirle explicaciones por los gastos suntuarios. Ahora que lo pienso, ése es el baño que utilicé la última vez que entrevisté al anterior ocupante de la Generalitat, Joan/Papa Luna/Papa Clemente/Lerma, y no me pareció que necesitara más que lo que ya tenía para los desahogos presidenciales. Pero ya se sabe que las derechas recién centradas, si no se masajean a menudo, como que no se encuentran.

Menos mal que Ramallo, en Cáceres, recuperó la sencillez y acabó su discurso ofreciéndole a José María Aznar una bellota. Todo el mundo contuvo el aliento, creyendo que se trataba de una alusión a Babe, pero el cabeza de lista por Badajoz aclaró que su gesto se debía a que el PP "es como la encina, ha nacido del pueblo y crecido hasta ser el futuro". Toma ya.

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