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46º FESTIVAL DE BERLÍN

"No quiero repetir errores del pasado"

No queda nada en su apariencia de aquel Tony Manero de las fiebres nocturnas de los sábados de hace dos décadas. Tampoco se le podría identificar con Vicent Vega, el terrible gánster de Pulp fiction. Vestido de traje verdusco y corbata, podría ser el yerno con que sueña cada suegra o un encantador vendedor, a quien sin duda se le compraría un coche usado. Habla sin estridencias de estrella, mira a la cara y gesticula poco, apenas para hacer en el aire un gesto que indica que la palabra formulada debe ir entrecomillada.Se muestra Travolta disgustado por no haber sido nominado para el oscar y, aunque se define "conservador y realista", reconoce que se había hecho esperanzas: "He sido nominado dos veces y habría resultado bonito". De su película en la Berlinale dice que recoge un aspecto menor de Hollywood, donde domina el gran negocio y las películas financiadas con dinero lavado son pocas. El, persona1niente, no se identifica con el papel de gánster, porque no le gustan esos individuos.

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John Travolta se ha convertido en actor

Para Travolta, su cualidad más importante es su capacidad de convertirse en otros personajes, y eso le viene de chico, porque en su casa, su madre y sus hermanos, "para divertirnos continuamente jugábamos a ser otras personas".

Travolta conoció grandes altibajos en su carrera: ídolo con la Fiebre del sábado noche, siguieron luego años de fracasos hasta la fulgurante reaparición con Pulp fiction. En las épocas malas no cayó Travolta en una postura cínica y resentida; "de ser así, no habría tenido de nuevo esta oportunidad". Ese tiempo de oscuridad dice que le sirvió para vivir la vida ordinaria, y,"esas vivencias las transmito ahora a mis persona es".

Atribuye Travolta buena parte de su hundimiento a su origen social, de una familia obrera. Esto le llevó a que, tras conseguir fama y dinero, en vez de seguir trabajando duro, se dedicó a vivir bien ante el temor de que todo pudiera esfumarse. Por eso, tras los éxitos se iba de safari a África, o a París, y abandonaba el trabajo, -"pensaba que las ofertas de películas iban a llegar, pero no fue sí; fue una dura lección"-

17 ofertas al año

Ahora Travolta tiene tantas ofertas, hasta 17 en un año, que no tiene temor a quedarse fuera o elegir mal; "cada vez que digo sí es a una oferta de calidad y tengo una buena gama de ofertas. No es como antes. Ahora puedo elegir mejor". Está dispuesto Travolta a no repetir los errores del pasado: "Nunca había trabajado bastante. Nunca tuve constancia. Hacía una película y esperaba que todos, querrían que volviera. Hacía una película y me tomaba dos años libres. Hay que mantener el ritmo".Ser un ídolo, una figura de culto, como ocurrió con Fiebre del sábado noche, no le hizo perder sus cabales, aunque comprende que eso ocurra. El actor asegura que él no consumía drogas, ni bebía; "tuve alguna experiencia, pero me sentaron mal".

La Cienciología constituye una parte importante en su vida y no rehúye para nada el tema: "No tengo dudas sobre ello. Me ayudó mucho. Cuando todo el mundo me invitaba a sucumbir, yo sobreviví". A la hora de definirla dice que se trata de "una herramienta para la vida, una ciencia, una religión. Es todo eso. Todo lo que puedo decirle es que yo no estaría aquí si no perteneciera a ella".

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