_
_
_
_
_

El Huesca alivia al Madrid

Los blancos se deshacen con facilidad del colista

Dinamismo, fluidez, frescura. Con semejantes ingredientes, aderezados por la inferioridad manifiesta del rival, el Real Madrid disfrutó de una plácida mañana de domingo que compensó el sinsabor provocado por la derrota en Zagreb.Tiró el equipo blanco de sus tres extranjeros para solucionar el compromiso a la mayor brevedad. Obradovic situó en esta ocasión a Loncar en el quinteto titular y el alero serbio respondió aportando lo que de él se espera, es decir, puntos desde el perímetro. Su muñeca funcionó (tres de cinco triples en la primera parte) cuando más falta le hacía a su equipo. El Huesca se había refugiado en una zona 2-3 que amenazaba con cortar de raíz (32-28 minuto 15) el intento de ruptura madridista (32-22, dos minutos antes). Por unos momentos, dio la sensación de que la estrategia de Casadevall, el técnico visitante, podía atascar al Real. Loncar se encargó de hallar el camino más rápido y mejor alfombrado, aquél que empezaba más allá del arco de 6,25.

Más información
Karnisovas solventa ante el Fórum de Valladolid
El Estudiantes aguantó la victoria con rentas mínimas

Las luces de los focos, sin embargo, no se dirigieron al jugador de Belgrado. Es la consecuencia de compartir presencia en cancha con un personaje como Arlauckas. El estadounidense no deja de sorprender. Esta temporada se está especializando en las primeras partes. Salta al parqué, resuelve el duelo, regala a la concurrencia algunas acciones espectaculares y a descansar al banco. Ante el Huesca, firmó otros 20 minutos extraordinarios. Habla la estadística: 26 puntos, en una serie de 13 canastas de 16 intentos (81 %). Sumados a los 13 de Loncar y a los nueve de Savic completaban un total de 48 de los 56 puntos convertidos por los blancos al descanso. El Huesca se había quedado clavado -36 puntos en la primera mitad- a la primera aceleración del Madrid, como consecuencia del parcial sufrido en los últimos cinco minutos, 24-6.

El grupo oscense se tenía aprendida la lección del buen colista. Esa que dice que para ganar en la guarida de uno de los líderes éste tiene que tener muy mal día y tú muy bueno. No sucedió ni una cosa ni la otra, así que el Huesca, conocedor de que ésta no era su batalla, se limitó a cumplir el expediente con la mayor dignidad.

El otro aliciente buscado por el público radicó en comprobar si su equipo rebasaba una vez más la frontera de los 100 puntos. El Madrid se quedó a tiro de triple, pero la faena ya estaba hecha.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_