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Vuelve el misterio

Florence Griffith, retirada tras lograr en 1988 récords del siglo XXI, quiere correr 400 metros en Atlanta

Vuelve el misterio. La atleta norteamericana Florence Griffith-Joyner, una de las grandes, de la historia del atletismo, triple campeona olímpica y doble plusmarquista mundial de 100 y 200 metros en 1988, año en que mejoró asombrosamente en su carrera, ha anunciado que va a correr los 400 con vistas a los Juegos Olímpicos de Atlanta. Incluso lanzó el reto de que es capaz de batir el record del mundo de la mítica alemana Marita Koch. Todo ello, ocho años después, cuando está a punto de cumplir los 37.Si no se ratara de quien, se trata, resultaría muy fácil decir que es una locura más de las muchas que han intentado otras estrellas empeñadas en rememorar glorias de antaño. Pero en su caso cabe al menos especular con la duda de lo que pueda suceder. El morbo, desde luego, parece asegurado. No se puede olvidar que la atleta de las uñas largas y los modelos más adelantados a su tiempo, asombró mucho más por su insólita calidad atlética. Por la pista del estadio de Seúl brillaron su salida explosiva y una flexibilidad alada, con una longitud de zancada enorme unida a una potencia extraordinaria. Griffith se paseó con diferencias siderales respecto a sus rivales y a todo lo obtenido hasta entonces. Ni Wilma Rudolph, en Roma 60 lo había conseguido.

Fue la reina de unos Juegos surcoreanos oscurecidos por el gran escándalo del dopaje de Ben Johnson. Y en aquel marco de frustración y engaño también dejó un inevitable rastro de sospecha porque incluso se retiró inmediatamente después, aunque nunca se le detectara nada. Tampoco podía llegar a más. Ganó los 100 y 200 metros, y terminó en triunfo el relevo de 4 x 100 metros, además de ser segunda con el de 4 x 400, a sólo 33 centésimas de la URSS. Ya entonces se permitía correr los 400.

En las selecciones norteamericanas de Indianápolis previas a Seúl había anunciado un año 1988 esplendoroso. Batió el récord del mundo del hectómetro con unos asombrosos 10.49 segundos, una marca que a muchísimos hombres de nivel les es difícil lograr aún hoy. Este mismo año, por ejemplo, sólo seis españoles la han mejorado: Feo y Navarro, 10.37; Nolet, 10.42; Roque y Mayoral, 10.46, y Talavera, 10.48. Ya en los Juegos, Flo-Jo hizo 10.62 en series y ganó la final con 10.54, aunque con viento a favor. La mujer que más se le ha acercado, su compatriota Evelyn Ashford, se quedó en 10.76. Aún hoy sólo, bajar de los 11 segundos es una hazaña. En el doble hectómetro de Seúl, Flo-Jo sí ganó con récord del mundo: 21.34, menos de dos horas después de batirlo ya en semifinales con 21.56. Algo excepcional. La jamaicana Merlene Ottey ha sido la que más se ha acercado después, 21.64, a 30 centésimas, otro margen inmenso en velocidad.

Griffith corría en otra galaxia. Parecía imposible conseguir unas marcas del siglo XXI, que logró, además, después de un tiempo retirada. Había sido plata de los 200 metros en Los Ángeles 84, con 22.04, y parecía no dar más de sí. Pero Bob Kersee, Gordon Baskin y su marido, el triplista Al Joyner -hermano de Jackie, la heptatletá y saltadora de longitud, a su vez mujer de Kersee-, hicieron el milagro. 10.96 y 21.96 ya en 1987. Le cambiaron el cuerpo -con unos muslos asombrosos- y a técnica. Una mezcla Johnson-Lewis. Una adaptación de los métodos de la RDA al más puro estilo americano. Eso es lo que abre la incógnita otra vez aunque la edad ahora y la inactividad sean casi prohibitivas. De hecho, hasta hace tres meses se entrenaba para correr maratones -que quiere, probar después-, algo más factible para sus casi 37 años, aunque muy diferente para su musculatura de fibras rápidas. Para estar en los Juegos, en cual quier caso" deberá clasificarse en las selecciones de su país que serán -si se termina el estadio de Atlanta- en junio de 1996, un mes antes de los Juegos.

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