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Mucho sondeo y pocos datos

La televisión de la noche electoral falló en la quiniela

Fallaron de nuevo los sondeos y con ellos los grandes programas de seguimiento de la noche electoral, esos espacios maratón que son como una fiesta mayor en la televisiones, en los que se moviliza a todo quisque y no se repara en gastos. Esos programas caros en los que las cadenas se vuelcan, construyen escenarios, diseñan grafismos nuevos, introducen novedades (TV-3 por satélite: las elecciones seguidas en directo desde Bruselas, histórico; Campo Vidal en lo que dijo que era el primer programa bilingüe de la historia: fue trilingüe; se habló a ratos en catalán, a veces en castellano y la mayor parte, de tiempo en un chapurreado que ni fonética ni sintácticamente era una cosa ni otra).Fallaron las encuestas, la conjunta de TVE, La 2 y TV-3 y la, solitaria de Antena 3 TV, y los grandes programas especiales estuvieron casi dos horas manejando datos equivocados, ignorando el principal, la clave de la jornada: el inesperado -a tenor, y dale, de las encuestas- retroceso de CiU. Carles Francino, el ex presentador de los noticiarios de Canal+ y ahora estrella de los informativos de TV-3, no ocultó su enfado cuando se vio en la tesitura de tener que rectificar y en la incomodidad de ver que su excelente trabajo de dos horas no había servido para nada. "Es evidente que habrá que replantearse la fiabilidad de los sondeos", dijo en antena.

Si los institutos de opinión se escudan en el voto oculto y en que la gente se dedica a engañarles, tal vez lo que podrían replantear las televisiones son los horarios. Porque menos de una hora después del cierre de los colegios, los partidos ya disponen de datos fiables sobre muestras de escrutinio. El problema es que las televisiones quieren ser las primeras, aún a costa de equivocarse y para serlo retrasan incluso los relojes: las ocho de la noche sonaron ayer primero en Antena 3, veinte segundos después e TV-3 y casi un minuto más tarde en La 2. Con lo que Manuel Campo Vidal fue el primero en dar los resultados, es decir, fue el primero en meter la pata. Alguna encuesta debe de decirles que los espectadores tienen prisa. Pero Hilario Pino, en Canal +, apareció a las 23.30, y a esa hora tardía todo lo que dijo fue a misa.

Lo mejor de la noche electoral fue la primera aparición del consejero de Gobernación, Xavier Pomés. La 2 fue la primera televisión en cogerle al vuelo. No habían sonado las diez de la noche y se esperaba que ofreciera el escrutinio de 40%. Dio nada menos que el 87% y encima con la noticia que obligó a cambiar todas las portadas: CiU no tenía los 67 o 68 escaños que decían las televisiones, sino 59. Fue cuando el bueno de Francino se sintió ridículo. No ocurrió lo mismo con Antena 3: para entonces estaba dando Lo que necesitas es amor, programa donde el sentido del ridículo es un completo desconocido.

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