"Es en Madrid donde se me enciende la chispa"

Poco le une ya a Alicante (donde nació en 1954) salvo las canicas. Está hecho tan a Madrid que, por si le faltaba algo, hasta se ha montado un bar de copas a su medida, que se llama La Gloria y es como la continuación del salón de su casa y una de las alegrías nocturnas en el barrio de Palacio. Allí celebró Antonio su faena en la Pasarela Cibeles, donde ha estado ausente tres años. En esta edición volvió con el desfile de clausura, bautizado por él con el nombre de Silverado que es la mezcla de su nombre y la firma de joyería Silverfield. Con ella se lanzó a comercializar por primera vez sus diseños en joyería, "el mayor desafío que he tenido hasta el momento". Pero, claro, Alvarado no abandona sus prendas de vestir; el hombre, guapetón como siempre; la mujer, con vestidos sin dificultades. Guayaberas, camisas... en rojos caoba, azules blanquecinos y verdes elegantes. Un total de 20 trajes creados para la ocasión, es decir, ,Para mostrar sus joyas; una colección creada en plata y canicas de cristal, como aquellas de la infancia de las que aún recuerda el tacto, lo único que le queda de alicantino: "Es en Madrid donde me impregno y se me enciende la chispa".Pregunta. Usted siempre ha sido un poco el chico mimado de la Pasarela en Madrid, ¿no?

Respuesta. Bueno... Digamos que soy uno de los mimados de Cibeles y de Cuca Solana, pero nos mima a varios y de diferente manera, no a mí sólo.

P. ¿Por qué se decidió -a desfilar este año?

R. Como se rumoreaba que iba a ser la última temporada de Cuca y con ella es cuando clausuré Cibeles en 198 1, me parecía algo como de tacto volverlo a hacer en estos momentos.

P. ¿Qué tal el cambio de la Pasarela Cibeles al recinto Juan Carlos I?

R. ¡Mal! Yo creo que no han acertado con el lugar. Este sitio no tiene el encanto que le hace falta a los desfiles; no digo que no sirva para el mundo textil, pero no para los diseñadores. ¡Y además hay que gastar una fortuna para llegar allí; vaya, entre 1.700 pesetas de taxi de ida más otro tanto de vuelta, quien quiera ir a un desfile se lo planteará porque casi hay que sacar el dinero como adelanto de las vacaciones!

P. ¿Qué pretende con La Gloria, dar glamour a la noche?

R. No sé si glamour; desde luego, la cháchara. La Gloria es como el salón de mi casa, desde donde se le toma el pulso a cómo está la ciudad.

P. ¿Y cómo está ese pulso?

R. Pues estamos todos demasiado influidos por los medios de comunicación... Que si el Perote o la Perote... Todo esto genera tedio, y estás por ahí de copas y salen estas cosas en la conversación, y, la verdad, te cortan el rollo.