_
_
_
_
_
GENTE

ISABEL PREYSLER, AL DESCUBIERTO

Ten servicio para esto. El chófer del matrimonio Boyer desvela todas las intimidades de la pareja y no ha dejado misterio sin resolver. Pedro Calderón de la Barca, no el gran dramaturgo del Siglo de Oro, sino un peruano de 32 años que fue chófer de Isabel Preysler durante casi un año, cuenta en Diez Minutos las intimidades de la familia. Declara que la relación entre el matrimonio es "fría, distante y apática", que nunca se les ve afectuosos, y que a Miguel Boyer rara vez se le ve alegre. La mujer de Boyer es una gran clienta de telefónica. Habla, según el relato del chófer, entre cuatro y cinco horas al día. En cuanto a su vida diaria, Calderón afirma que la madre de Chábeli se levanta entre las once de la mañana y la una de la tarde, desayuna en la cama y después ordena sus papeles hasta la hora de comer. A las cinco recibe a su monitor de gimnasia, y más tarde ve la televisión o hace punto. La señora de Boyer acude dos veces por semanas a la esteticista. A la hora de meterse en la cama, Isabel Preysler se enfunda en camisones de tonos claros. Entre sus lecturas favoritas está exclusivamente la prensa del corazón. Y una de sus manías, según su ex chófer, es que laven la vajilla y la cubertería a mano, nunca en lavaplatos. Entre otras cosas que destaca Calderón es que en su trato con el servicio es "muy exigente, maniática y paga poco". Él, en concreto, cobraba 130.000 pesetas mensuales y no tenía contrato laboral. No faltan comentarios a lo que tarda Isabel en arreglarse para salir: un mínimo de dos horas.-

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_