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La Policía Municipal acosa a los taxistas de Barajas por aparcar mal

Paz Álvarez

Todos los días, taxistas y policías juegan al ratón y al gato en el aeropuerto de Barajas. Pero no por los desmanes que algunos de los conductores suelen cometer con sus inocentes viajeros. Sino porque la parada de estacionamiento, con capacidad para unos 350 vehículos, se queda pequeña para tanto automóvil. Y los agentes vigilan que no invadan las calzadas de acceso a las terminales. Agentes y conductores sostienen mañana y tarde un pulso que algunas veces ha acabado en gresca y a golpes."El otro día la discusión fue a más y pegaron a un chaval. Ayer [por el lunes] vinieron hasta los GEO [cuerpo de élite de la policía] para echamos", aseguró un taxista.

Alrededor de un millar de taxis esperan en rigurosa fila durante las horas punta, de 8.30 a 10.30 y de 17.00 a 19.00, en los carriles de acceso al aeropuerto madrileño.

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Los agentes vigilan de cerca a los conductores para que no estacionen en zona prohibida o colapsen los accesos. "Vienen, nos echan, volvemos, nos vuelven a echar, y así todos los días. Estamos a salto de mata", contaba Antonio Márquez, de 58 años y 30 al volante de su taxi.

"¿Cisco con la policía? Todos los días. Queremos que nos pongan una zona de espera y que dejen de maltratamos y de marearnos diariamente. Venimos a ganamos el pan y no a robar", decía José Luis García, otro habitual de la parada deBarajas.

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El aeropuerto tiene previsto construir una zona de estacionamiento para 1.000 taxis

VIENE DE LA PÁGINA 1Decenas de aviones están a punto de aterrizar el martes a las 8.30, hora de máxima afluencia de taxis. En tierra, unos mil hombres esperan pacientemente al volante de su automóvil blanco. En rigurosa fila desde el comienzo de uno de los carriles de acceso en la avenida de la Hispanidad, aguardan su turno antes de acercarse a la zona de llegadas de Nacional o Internacional.

"Podemos estar aquí cerca de dos horas para cargar un cliente. No nos sale rentable, pero tenemos que estar. Y encima nos tratan a patadas. Unos días nos dejan aparcar, otros no. Nunca se sabe. En cualquier caso, es mucho menos miserable que estar en Madrid", señaló Eusebio Navarro, de 44 años.

A escasos metros del "corral" -una zona de aparcamiento autorizado situada frente a la cantina de los taxistas- varios agentes de la Policía Municipal vigilaban a los conductores para que no invadiesen los carriles de acceso. El problema, según contó una sargento, se reduce a la escasez de trabajo y al gran número de taxistas que circulan por la ciudad (alrededor de 15.500 licencias). "Saben que en el aeropuerto cargan seguro. Y sólo por salir, entre bajada de bandera y suplementos, ya son más de 500 pesetas. Eso sin timarles", señaló la agente.

500 pesetas limpias

Echando cuentas, a los taxistas les salen más rentable las dos horas de espera en Barajas -para obtener unas 1.500 pesetas de la carrera- que callejear por la ciudad, que les proporciona 500 pesetas "limpias" a la hora, estiman. "Tienes la seguridad de sacar como mínimo unas 1.500 pesetas, y si la carrera es un poco más larga llegas a las 2.000 pesetas", contaba Félix Herrero, de 59 años y conductor desde hace tres decenios. "Es que somos muchos, y no hay tanto trabajo para todos. Esto del taxi es una ruina", decía este hombre.

Algunos conductores han sido sancionados por estacionar en lugar prohibido. Lo cuenta Emilio González, de 55 años, uno de los multados por la Guardia Civil con 25.000 pesetas por estar parado junto a la valla protectora de la calzada de la avenida de la Hispanidad.

"No podemos hacer nada más que aguantarnos. Nos pegamos bien al borde de la calzada y no molestamos. La autoridad es la que manda. Hemos pedido al director del aeropuerto que nos habilite un aparcamiento que tienen medio vacío, pero nadie nos hace caso", relataba González.

Mucho más optimista que los trabajadores se mostraba ayer el presidente de la Asociación Gremial del Taxi, Eladio Núñez, que agrupa a unas 11.500 licencias. "Las negociaciones con el aeropuerto van por buen camino. En breve se va a acondicionar una zona de la carretera, situada en la mediana de la vía de acceso al aeropuerto, para que puedan estacionar unos cien taxis" adelantaba el portavoz de los conductores.

Por otra parte, un representante del aeropuerto aseguró que estaba prevista la construcción, frente al aeropuerto, de una zona de espera para unos 1.000 taxis. "Los coches estarán en esta bolsa e irán saliendo hacia las terminales en función de las necesidades". En el plazo de un mes, según las citadas fuentes, saldrán a concurso las obras de ejecución.

Sin embargo, la paciencia de los taxistas, entre las interminables horas de espera y los vaivenes diarios con los agentes de seguridad, está a punto de estallar. "Nos tratan fatal, un día teníamos que hacer un plante y dejar a los pasajeros sin servicio, ya verían si las cosas se arreglaban", propuso un taxista. "Esto va a estallar en cualquier momento", amenazaba otro.

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Sobre la firma

Paz Álvarez
Periodista especializada en gastronomía. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, tiene un programa de desarrollo directivo por el IESE. En 1993 comenzó a escribir en la sección de Madrid y, en 1997, se incorporó al diario CincoDías, donde creó la sección de Directivos y ha sido jefa de la sección de Fortuna hasta 2022.

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