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CAMPEONATOS MUNDIALES DE ATLETISMO

Ana Fidelia Quirot nace también como campeona

Después de sufrir gravísimas quemaduras en 1993 logra el mayor triunfo de su vida

Ana Fidelia Quirot (32 años, Cuba), después de ganar la batalla a la vida -sufrió un terrible accidente a principios de 1993- ha conseguido también su gran victoria en el deporte. Por fin campeona., El triunfo que se le ha negado en Juegos Olímpicos y en anteriores Mundiales le llegó cuando menos se esperaba. La descalificación de María Mutola (22 años, Mozambique) en la semifinal por pisar la raya en la salida y la espléndida carrera de la propia Quirot en la final -realizó la mejor marca mundial del año- hizo posible la segunda medalla de oro en el equipo cubano, precisamente a través de su atleta más carismática.En enero de 1993, Quirot sufría gravísimas quemaduras de medio cuerpo para arriba. Javier Sotomayor, que se encontraba en esos. momentos en su casa, evitó la tragedia. La atleta perdió la niña que esperaba -Ana Javiera- del plusmarquista mundial de altura y con la que como en su vientre en los Juegos de Barcelona 92 para ganar la medalla de bronce.

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Quirot logró recuperarse del accidente y de la ruptura sentimental con Sotomayor. Se reencontró con el atletismo, inició trabajos con pesas de hasta 200 kilos, compensó con carne de caballo la carencia de hierro, la cirugía escondió las espantosas quemaduras y se presentó en Gotemburgo en una forma que ni ella misma esperaba: "Jamás pensé en que podría recuperar mi anterior estado de forma. Es lo más grande que me ha sucedido en mi vida. Ahora deseo regresar a casa, donde me espera una gran fiesta".

Dos vueltas a la pista tan pido como nadie haya sido capaz este año le dieron el título a Quirot. Ni siquiera la descalificada Mutola, única mujer capaz de hacerla frente, logró correr tan rápido en las pruebas anteriores a los Mundiales. El milagro fue posible y la posibilidad de que el enfrentamiento de ambas atletas en los próximos días conduzca a la consecución de una marca fabulosa queda abierta.

Un gran campeón

Semejante compromiso realizó Ismael Kirui (20 años, Kenia), tras ganar los 5.000 metros: "Me. encuentro física y mentalmente preparado para correr en menos de 13 minutos". Tal impresión dejó en la pista tras asumir la conducción de la carrera junto con el etíope Bikila. Devoraron vueltas a razón de 61-63 segundos por vuelta, que provocó el inmediato rezagamiento de los atletas no africanos.

Faltaban ocho vueltas, cuando Anacleto Jiménez, el único español en la final, se convirtió en el primer damnificado de semejante ritmo. Al final, como pequeña consolación, pudo evitar no ser el último clasificado, al atrapar a un francés y a un británico, que intentaron la osadía de igualarse en resistencia a los atletas africanos, lo que no logró ni el mismísimo campeón olímpico, el alemán Baumann.

Kirui resolvió el duelo que mantenía con etíopes y marroquíes con elegancia y sencillez, corriendo la última vuelta en 54 segundos. El atleta más joven que ha habido en los Mundiales -ganó en 1993 con 18 años- ha madurado y se sitúa al lado de Moses Kiptanui, campeón de los 3.000 obstáculos, como el atleta más sólido de Kenia.

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