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Bohigas y Siza afirman que la arquitectura ha abandonado su voluntad de servicio colectivo

El 99% de los edificios en España es "una porquería", dice el ex concejal

Javier Sampedro

Los agasajos y las togas doctorales no lograron ayer atemperar el discurso incendiario del arquitecto Oriol Bolgas, quien aprovechó su investidura como doctor honoris causa por la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo (UIMP) de Santander para lanzar una virulenta invectiva contra los "exabruptos elitistas y escandalosos panfletos propagandísticos" en que, a su juicio, se han convertido las edificaciones con firma de los últimos años. Bohigasy su compañero de investidura, el portugués Álvaro Siza, coincidieron en denunciar que la arquitectura ha abandonado la voluntad de servicio colectivo que había sido su razón de ser desde el movimiento moderno en los albores de este siglo.

"Me siento muy pesimista sobre la situación actual de la arquitectura en el mundo", dice Bohigas. El arquitecto barcelonés mira perplejo a su alrededor y se queja de que "se han perdido los principios", de que las propuestas éticas del movimiento modernista se han evaporado en un magma de fastos y obras diseñadas para figurar en una maqueta, y de que la arquitectura ya no aspira a modificar la sociedad, sino sólo a modificarse a sí misma.Bohigas, ex concejal de Cultura del Ayuntamiento de Barcelona e inspirador de los grandes cambios urbanísticos de la ciudad, en tomo a los Juegos Olímpicos, valora la buena calidad de los 28 edificios que ha seleccionado este año la III Bienal, inaugurada en Comillas (Cantabria) el pasado jueves, pero sólo para recordar que eso representa un escaso 1% de la arquitectura que se hace en España. "El 99% restante es una porquería", dice en referencia al "panorama escalofriante" de los parajes naturales invadidos por el urbanismo, las degradaciones suburbiales y los aglomerados turísticos.

Tras preguntarse "por qué los arquitectos de hoy son tan deficientes", Bohigas arrambla contra la degradación de una profesión masificada y contra "tantos arquitectos educados según la vieja imagen del director de orquesta". Pero sus peores dardos los dirige contra la élite que da cuenta de las grandes obras con firma, cuya arquitectura, que debiera servir como referencia para el resto, aparece "desballestada, insolidaria e incapaz de ofrecer soluciones a la segunda fila".

Vistas las opiniones del arquitecto catalán -calificadas de "apocalípticas" por su propio autor-, adquieren doble valor sus elogios a la obra de ÁlVaro Siza, una de las pocas, según él, que une a su gran calidad formal la comprensión de los problemas profundos de nuestra sociedad y la cohabitación con el entorno. Siza, cuyo talante cordial y envolvente está tan alejado del estilo discursivo de su colega barcelonés, no dejó de señalar: "Comparto absolutamente las ideas de Oriol y su juicio sobre la arquitectura actual".

Bohigas y Siza clausuraron ayer el seminario Arquitectura: principios, enunciar el proyecto, organizado en la UIMP en paralelo con la III Bienal de Arquitectura. El director del seminario, el arquitecto Carlos Ferrater, considera que la arquitectura española de los últimos 15 años ha alcanzado la excelencia formal y estilística, pero adolece de deficiencias en sus funciones sociales y en su conexión con las preocupaciones ecológicas y técnicas.

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