Banesto controla ante la etapa reina
"En el Dauphiné ha comenzado un nuevo ciclo del Banesto", dice su director en la prueba francesa, Eusebio Unzue. Podía haber añadido algo más: el Banesto, y no sólo Induráin, ya se muestra equipo Tour desde hace un par de semanas. Ayer volvió a refrendarlo.Uno de sus hombres más en forma, Ramón González Arrieta, el escalador vizcaíno que tendrá que hacer de escudero de Induráin en Alpes y Pirineos, se metió, insultante de fuerzas, en la escapada buena, en una de cuatro que llegaron con 1.15 minutos sobre el pelotón y que se jugaron el triunfo en la quinta etapa de la Dauphiné, 198 kilómetros prealpinos, dos puertos de primera y uno de segunda. "Ha sido más dura de lo previsto", explicó Induráin. "Ha habido muchos ataques en un trazado en el que era difícil controlar, con muchas subidas y descensos".
González Arrieta no ganó en Gap, que eso lo hizo el j oven francés Gilles Talmant (Castorama), pero hizo de señal de que todo el equipo está preparado para hoy, para estar con Induráin en el primer gran test al que se someterá el navarro en la montaña. Un menú copioso, con dos puertosTour, el Galibier y la Croix de Fer, y final en alto, en Vaujany. Todo resumido en sólo 143 kilómetros, lo que dará un carácter nervioso a la disputa. Una etapa cuyo recorrido fue duda hasta ayer mismo a causa de la nieve, abundante a esas alturas, más de 2.000 metros. Finalmente, la organización decidió que se corriera, aunque adelantando la hora de salida, de las 12 a las 9.30.
Induráin tiene dos objetivos que se resumen en uno. Sale a probarse por primera vez en lo que va de año en puertos largos, de esos de más de 20 kilógos, de esos de más de 20 kimetros. Si sale con bien de la prueba logrará su segundo objetivo, apuntarse el triunfo en una carrera histórica, venida a menos las últimas temporadas, pero que este año gracias al navarro ha recuperado su prestigio. Logrados esos dos puntos caería por añadidura un tercero. El francés Richard Virenque, ganador el día del Ventoux, tiene aspiraciones y se propone como rival fuerte de cara al Tour. "La subida al Galibier me gusta porque es una ascensión larga. La Croix de Fer no me va tanto. Sus rampas son demasiado brutales. Me espero un ataque de Virerique, que querrá terminar en el podio".
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