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Dehaene prepara un Gobierno continuista en Bélgica

Las primeras escaramuzas para fraguar un Gobierno continuista de centroizquierda comenzaron ayer en Bélgica tras la victoria de los cuatro partidos de la coalición saliente. El primer ministro, el socialcristiano Jean-Luc Dehaene, presentó su dimisión al rey Alberto H. Éste debe poner en marcha el complejo proceso de formación del Gobierno que, nadie duda, será encargado a Dehaene. Los mercados recibieron ayer satisfechos la victoria del centroizquierda.

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El escrutinio completo de los sufragios para la Cámara baja, confirmó y amplió las proyecciones del domingo. El centroizquierda (socialcristianos y socialistas de las dos vertientes, francófona y neerlandófona) alcanzó una mayoría de 82 diputados -sobre 150 escaños-, lo que supone un 54,6% de la Cámara federal, algo menos que el anterior 56,6%. El descenso en el sur del país lo compensó la coalición naranjaroja, con un fuerte incremento en el norte flamenco. Los socialcristianos ratificaron su primacía en Flandes y los socialistas en Valonia. El ascenso de los liberales fue inferior al augurado en algunas encuestas -dos escaños en cada región- y la sorpresa la dieron los socialistas flamencos que, atormentados por el caso Agusta, lograron también un alza de dos diputados.El procedimiento para elegir Gobierno es complejo. Duró tres meses cuando las últimas legislativas, en 1991. El rey debe nombrar enseguida un informador, quien estudiará las posibles coaliciones y le propondrá un nombre el propio- para formar la nueva coalición de Gobierno federal. Nadie duda de que éste será Dehaene y todos los analistas concluyen que optará, si no por el continuismo, sí por la continuación. Los partidos de centroizquierda dieron ayer la primera señal práctica al afirmar que para la formación de los gobiernos regionales, optarían prioritariamente por sus antiguos socios.

El líder de los liberales flamencos, Guy Verhofstadt un neoliberal que ha visto frustrada su tentativa de desbordar a los socialcristianos-, manifestó ayer su disposición a entrar en cualquier combinación de Gobierno, federal o regional, argumentando haber conseguido "el mejor resultado desde la Segunda Guerra Mundial". Pero su entrada en cualquier nivel de Gobierno provocaría chispas entre los partidos de la coalición saliente, especialmente con los socialistas de su región (SP). Su presidente, Louis TobbacIk, reiteró que su partido formaría parte "de todos los niveles de Gobierno o de ninguno".

El ascenso del SP ha derramado árnica sobre el secretarlo general de la OTAN, Willy Claes. Este ex dirigente del socialismo flamenco, salpicado por el caso Agusta (comisiones ilegales por una compra de 46 helicópteros militares), considera que "lo peor de la tormenta ha pasado", según fuentes aliadas, basándose en que las más duras presiones para su dimisión procedían de su propio partido", ahora tranquilizado por el éxito.

Con tanta satisfacción como Claes recibieron el resultado los mercados de valores, de deuda y monetario. Lo peor -la dispersión de votos que hubiera imposibilitado formar Gobierno- "ha sido evitado", según los analistas, para quienes la victoria del centroizuierda es el segundo mejor esenario tras el óptimo: un triunfo centroderechista de las dos familias liberales y socialristianas. La Bolsa subió un 1,8%, y los bonos del Tesoro también demostraron la cofianza del mundo económico.

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