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Y los chinos atacaron Las Rozas

El Ayuntamiento inaugura una exposición dedicada al productor Samuel Bronston

Vicente G. Olaya

VICENTE G. OLAYA. Hace ahora 33 años que los vecinos de Las Rozas (unos 44.250 habitantes) corrían delante y detrás de David Niven sin saber muy bien por qué. Fue justo cuando Samuel Bronston construyó en este municipio uno de los madres decorados cinematográficos de la historia. Los vecinos, disfrazados de súbditos del emperador, participaban en el rodaje de la película 55 días en Pekín.

El Ayuntamiento de Las Rozas inaugura hoy una exposición de fotografías, con el nombre de Las cenizas de un sueño, dedicada a la obra de este productor norteamericano de origen ruso. Familiares de Bronston y coleccionistas de su obra han cedido las instantáneas para su exposición.

En la muestra se revive lo que se llamó el imperio Bronson. Este productor quiso convertir Las Rozas en la segunda meca del cine mundial. Para ello, levantó gigantescos decorados que sirvieron para ambientar algunas de sus mejores películas.

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Las cenizas del imperio

En las fotografías se podrá contemplar cómo, sobre lo que ahora son terrenos ocupados por un polígono industrial y una urbanización, se erigía la Ciudad Prohibida de Pekín, por ejemplo. Enormes decorados de escayola y cartón piedra, que reproducían los edificios y calles de la capital china, cubrían el paisaje de la sierra madrileña en 1963.

La muestra refleja también el proceso de construcción del decorado de La caída del imperio romano, película que se rodó tras finalizar 55 días en Pekín. En La caída intervinieron más de 1.100 operarios que levantaron la fachada del foro romano con 170.000 bloques de cemento. Los trabajadores instalaron también 601 columnas de escayola, 350 estatuas y 24 edificios de tamaño natural.

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Para conseguir este milagro, a principios de los años sesenta, miles de vecinos de Las Rozas y de pueblos cercanos participaron como extras y trabajadores en las películas.

Mariano Bravo, albañil jubilado, lo recuerda: "Dejé mi trabajo en Madrid para trabajar en el cine. Pagaban el doble que en otros sitios [unas 200 pesetas] y había muy buen ambiente. Recuerdo que me puse morado a hacer leones de escayola. En todas partes tenía que poner uno. Fue un trabajo duro, pero divertido".

La cantante Andrea Bronston, hija del productor, vive desde los cuatro años en Madrid. "Para mi padre este pueblo fue un sitio entrañable que reunía todas las condiciones para instalar toda la parafernalia que utilizaba durante el rodaje de los exteriores. Siempre fue un enamorado de Las Rozas", explica.

El homenaje de este municipio a Bronston se completará con la inauguración de una calle que llevará su nombre.

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Sobre la firma

Vicente G. Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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