Lo accesorio
No nos cuidamos de si Felipe González lució corbata a rombos o a lunares, o de si Helmut Khol cambió al fin de sastre, pero perdemos la noticia sustancial con el vano comentario de que, cuando intervino, cuando le enfocaban las cámaras, Fidel Castro llevaba un traje azul. Resulta penoso que todos los medios de comunicación recojan en sus titulares el cambio de atuendo del líder cubano y sólo secundariamente retazos de su mensaje a la Cumbre de Desarrollo Social de Copenhague. De nuevo, como sucede a menudo en el mundo de la desinformación, lo accesorio -en este caso, trivial- devora lo sustantivo y alcanza el valor de las más de mil densas palabras que pueden decirse en un foro que trató del subdesarrollo, de la explotación del hombre por el hombre, de la desnutrición, de la guerra endémica, del neocolonialismo, de la sangre, del dolor y de la alienación intensa, múltiple y trágica del ser humano.