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El juez toma declaración a los guardias civiles de Mejorada acusados de maltratar a un detenido

El titular del Juzgado número 3 de Coslada comienza hoy a tomar declaración a los agentes de la Guardia Civil de, Mejorada del Campo (15.000 habitantes) que se encontraban de servicio el 22 de octubre de 1993. Aquella noche, Antonio Avilés Váldezuela, de 28 años, fue, según su testimonio, detenido ilegalmente, lesionado y sometido a coacciones e intimidación. La Asociación contra la Tortura, como acción popular, ha interpuesto una querella contra la Guardia Civil por los supuestos delitos de tortura, detención ilegal y denegación de auxilio.

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El 21 de octubre de 1994, un año después de que ocurrieran los hechos, Avilés decidió presentar la correspondiente denuncia. En ésta sostiene que ha sufrido acosos, amenazas, detenciones injustificadas, indagaciones sobre su vida privada, que le han hecho temer por su vida. Transcurridos tres meses sin recibir noticias del juzgado, Antonio decidió ponerse en contacto con la Asociación contra la Tortura, que el 27 de enero pasado interpuso una querella por los presuntos delitos cometidos en la persona del joven. Fruto de la misma, los agentes de Mejorada comienzan a prestar declaración.

A medianoche del 22 de octubre de 1993, Antonio Avilés, según sostiene, se encontraba en su domicilio. Dos agentes de la Guardia Civil, uno de ellos de paisano, fueron a buscar a Antonio diciéndole que había infringido la ley al conducir temerariamente, a lo que él contestó que debía tratarse de un error. El agente, uniformado, le espetó: "Antonio, eres un cabrón". Después, entró en su domicilio, seguido de su acompañante, de paisano. Hubo empujones y agarrones.

Una vez que Antonio accedió a salir a la calle, los guardias civiles le pusieron contra la pared y le esposaron mientras llegaban al lugar tres policías municipales de Mejorada. La madre del joven, a tenor de lo referido por Antonio, intentó que no se llevasen a su hijo, pero la empujaron y la amenazaron con arrestarla a ella también, lo que provocó que Antonio se sublevara. En ese momento, según el relato del denunciante, un guardia civil y uno de los policías locales esgrimieron sus armas reglamentarias. Un agente municipal le golpeó en la cabeza con ella.

"En el cuartel empiezan a golpearme cinco, seis o siete individuos, propinándome puñetazos y patadas, hasta que uno de ellos les grita que se estaban pasando", dice Antonio. En el momento de la agresión, según la Asociación contra la Tortura, se encuentra presente un sargento de paisano.

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Antonio asegura que estuvo conmocionado más de media hora. Momento en el que le hicieron firmar "por cojones", según él, un papel sin informarle de qué se trataba.

Avilés fue trasladado al centro médico de la localidad, donde "a expensas de las órdenes dadas por los guardias civiles, el médico certifica que no tenía lesión", según la denuncia. Sin embargo, el hermano del detenido y su abogado, que le vieron en el centro, aseguran lo contrario. Al día siguiente fue puesto en libertad por el juez.

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