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Feroz resistencia chechena al avance ruso

Pilar Bonet

Los combatientes chechenos luchaban ayer con saña por mantener el control del centro de Grozni, la capital de la república norcaucásica, después de haber conseguido rechazar tres intentos de las fuerzas enemigas el día anterior, mientras las tropas rusas sufrían cuantiosas pérdidas al seguir avanzando hasta una distancia que, según el servicio de prensa del Gobierno de Moscú, oscilaba, a última hora de ayer entre los 200 y los 700 metros del palacio presidencial, el símbolo de la resistencia, cuyas plantas superiores seguían ardiendo. Anoche el edificio estaba ya completamente cercado.

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La disposición de rusos y chechenos en el interior de Grozni no se reflejaba en un esquema de sitiados y sitiadores, sino en un mosaico abigarrado, en el cual los rusos controlaban Ya el mercado, a 200 metros del palacio presidencial, además de la estación de ferrocarril y el Instituto del Petróleo. Dos ministerios cercanos al edificio del gobierno cayeron también anoche en manos rusas.Según informaciones, radiofónicas emitidas en Moscú, los soldados rusos muestran más precaución que en días anteriores y han cambiado de táctica, afianzando posiciones calle por calle, en lugar de protagonizar las erráticas incursiones a bordo de carros blindados. Los soldados son ahora más veteranos que los bisoños reclutas enviados previamente.

En varias ciudades de Rusia se realizaron ayer actos públicos para protestar contra el derramamiento de sangre en Chechenia. En un mitin en Moscú, los comunistas radicales decidieron enviar una delegación en "misión de paz" a Chechenia.

Las víctimas rusas de las incursiones de los últimos días seguían ayer en gran parte a la intemperie como siniestro decorado de Grozni, después de que los rusos rechazaran la tregua pedida por los chechenos para darles sepultura. Para evitar que los numerosos perros hambrientos que pululan por la ciudad se coman los cadáveres, los combatientes lanzan de vez en cuando ráfagas al aire, según informó ayer la, emisora El Eco de Moscú.

Regreso de Kovaliov

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Tras su breve estancia en Moscú el defensor del pueblo de Rusia Serguéi Kovaliov, reemprendió la vuelta hacia Chechenia y voló hacia un aeropuerto del norte del Cáucaso en compañía de dos diputados y un miembro de la asociación de defensa de los derechos humanos Memorial. Kovaliov, que no ha avalado la tesis sobre la supuesta desinformación del presidente Yeltsin y ha sugerido la posibilidad de crear un organismo independiente de Defensa de los Derechos Humanos en Rusia, tiene intención de seguir dando testimonio al mundo desde la república secesionista caucásica.

Antes de partir, en una entrevista radiofónica, Kovaliov acusó al presidente del Consejo de Seguridad, Oleg Lóbov, y al primer vicemínistro responsable del complejo militar industrial, Oleg Soskovets, así como a los tres ministros representantes de los poderes fácticos, de "haber arrastrado al presidente a la sangrienta aventura" de Chechenia. En el plano internacional el defensor del pueblo manifestó que la intervención en Chechenia había impulsado enérgicamente la ampliación de la OTAN, y simultáneamente retrasa la entrada de Rusia en el Consejo de Europa.

Las informaciones oficiales rusas sobre la situación en las filas del general Dudáiev indicaban que una parte de los combatientes habría abandonado Grozni, incluido el mismo líder secesionista, para organizar la resistencia fuerade la capital. [La agencia Interfax informó de que una unidad de paracaídistas rusos fue capturada por los rebeldes a unos 30 kilómetros al suroeste de la capital y de que Moscú amenaza con bombardear el lugar si no son puestos en libertad sus soldados, según Reuter.]

El Kremlin teme que la resistencia se organice ahora en las montañas del sur de la república, y eso explica los bombardeos que se han llevado a cabo en las rutas meridionales, por, donde transitan numerosos fugitivos, y que la cadena de televisión independiente NTV ha bautizado como la ruta de la muerte. El servicio de prensa del Gobierno ruso manifestó ayer que los combatientes chechenos están construyendo bases y fortificaciones en los distritos sureños.

La falta de voluntad de diálogo de quienes toman decisiones en el Kremlin se puso de manifiesto ayer en el fracaso del intento para organizar hoy una reunión en la localidad de Piatigorsk, en el norte del Cáucaso. Este acontecimiento, que había sido organizado bajo el patrocinio de Ramazán Abdulatipov, el vicepresidente del Consejo de la Federación (Cámara alta del Parlamento), hubiera, permitido Sentarse a una misma mesa a políticos rusos y dirigentes de la comunidad musulmana del norte del Cáucaso.

Un miembro del Consejo Presidencial de Yeltsin, que planeaba participar en la reunión, se refirió a la falta de Voluntad política para que el encuentro se llevara a cabo. Y el portavoz de Abdulatipov acusó directamente al Consejo de Seguridad de haber obstaculizado el evento.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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