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El padre de 'Lili Marleen' vive en Mallorca

Norbert Schultze gana 20 millones al año por los derechos de sus canciones

Estos días coinciden en territorio español dos ancianos compositores alemanes cuya carrera corrió una suerte bien diferente por culpa de la reciente historia de Alemania. Mientras el octogenario compositor judío Berthold Goldschmidt sufrió durante décadas la miseria del exilio londinense y actualmente presencia el estreno de algunas de sus obras en España su coetáneo y autor de la legendaria canción Lili Marleen, Norbert Schultze, goza de uña desahogada vida de pensionista en la isla de Mallorca, gracias a los beneficios de la música que tanto agradó a los nacionalsocialistas.La Filmoteca de Barcelona, en colaboración con el Instituto Goethe, exhibió. el pasado miércoles la película documental Le besaste el trasero al diablo, obra del director y compositor Arpad Bondy (1947), que por primera vez intenta un acercamiento crítico al fenómeno Schultze. Bondy comparte su residencia entre Mallorca y Berlín y durante nueve días entrevistó al anciano que, a lo largo del documental, no da muestras de remordimientos por su estrecha colaboración con los nazis.

Schultze, a sus 83 años, tiene todo el aspecto de un abuelo bondadoso, luce un bronceado impecable y sigue tocando el piano con soltura, aunque su voz suena algo quebradiza cuando entona sus viejas canciones guerreras. Casi 50 años después del final de la Segunda Guerra Mundial, sigue cobrando los derechos por sus canciones compuestas entre 1936 y 1945, unos 250.000 marcos anuales (más de 20 millones de pesetas).

Famoso por su canción Lili Marleen, de 1938, fue el compositor preferido del ministro de Propaganda, Joseph Goebbels, y contó con la protección del propio Adolf Hitler desde 1936. Schultze sé define a sí mismo como "buena medianía " y "compositor de consumo" entiende que su carrera meteórica fue posible solamente a causa del masivo éxodo de artistas de la Alemania nazi.

Sus privilegios como artista de] sistema le liberaron de la obligación de luchar en el frente siendo sus servicios de propagandista musical más valiosos. Su amplio historial incluye canciones militares como Bombas sobre Inglaterra o Führer manda!, siendo la más famosa Lili Marleen, que se escuchaba en todas las trincheras de la Segunda Guerra Mundial.

Mientras hasta 1945 Schultze endulzó con sus bandas sonoras a las ofensivas del Ejército alemán, posteriormente contrapuso sus cuentos de hadas, como el musical Blancanieves, a la cruda realidad de la posguerra alemana.

Schultze, tras el estreno de su documental en Alemania en 1993, en un primer momento se mostró agradecido por el homenaje, aunque al día siguiente intentó impedir por vía judicial la exhibición de la película, infructuosamente hasta hoy.

Al final de la guerra, el compositor no dudó en pedir ayuda a un tío suyo emigrado de Alemania en 1938, que le respondió con una breve y contundente respuesta: "Besaste el culo al diablo y esto no te lo limpia nadie". Schultze, sin embargo, hasta hoy, está convencido de que no ha sido nazi y que tan sólo se limitó a escribir música, que es "lo más bonito". La carrera de Schultze no se truncó en ningún momento.

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