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Clinton rinde homenaje en El Cairo al asesinado Sadat

Antonio Caño

Un homenaje, ya en la madrugada de hoy, ante la tumba del asesinado presidente egipcio Anuar el Sadat, trágico símbolo de los primeros pasos hacia la paz que ahora parece consolidarse en Oriente Próximo, fue la forma elegida por Bill Clinton para iniciar una rápida gira por esta explosiva región que ningún presidente estadounidense se ha atrevido a visitar desde hace más de 15 años.También es un hecho simbólico que Egipto sea la primera escala de esa gira, que continuará vertiginosamente con paradas en Jordania, Siria, Israel, Kuwait y Arabia Saudí. Egipto es el más sólido aliado árabe de Estados Unidos en la región. Su papel fue fundamental en el pasado para evitar el aislamiento de Israel y lo sigue siendo para ayudar en los planes de diálogo promovidos por Washington. No es casualidad que Clinton haya elegido la compañía del presidente egipcio, Hosni Mubarak, para entrevistarse, hoy, con el líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Yasir Arafat. El detalle protocolario no es muy gratificante para Arafat, que ni siquiera estará en la conferencia de prensa final en El Cairo, pero casi nada de este viaje, empezando por la firma hoy de la paz entre Israel y Jordania, supone un gran beneficio para Arafat.

Uno de los momentos estelares de la gira se vivirá mañana en Damasco, donde Clinton intentará presionar al presidente Hafez el Asad para que imite al rey Hussein de Jordania.

Antes de salir de Washington, Bill Clinton advirtió que "Oriente Medio se encuentra actualmente en medio de una encrucijada: en una dirección domina la oscuridad del pasado, la violencia, el terrorismo y la inseguridad que los desesperados enemigos de la paz buscan prolongar; en la otra, brilla la luz del futuro, un futuro que ilumina a Israel y a todos los vecinos árabes para que puedan plantarse con firmeza frente a la violencia".

La seguridad personal del presidente Clinton es, precisamente, unas de las principales preocupaciones de este viaje. No se conoce el número de policías que el Gobierno egipcio, que enfrenta desde hace años la amenaza de atentados de signo integrista, ha desplegado en las calles. Pero su presencia es ostensible, y se calcula que no son menos de los casi 15.000 que fueron movilizados durante la reciente conferencia sobre población.

Los problemas para la seguridad personal-de Cliñton pueden repetirse- en Jordania, donde se esperan actos de protesta por parte de grupos musulmanes radicales, y en Israel, donde la organización terrorista Hamás ha demostrado en los últimos días su capacidad destructiva. Como prevención, el hotel Rey David de Jerusalén, en el que Clinton pasará la noche del jueves, ha sido totalmente desalojado. Además, la dirección del establecimiento ha solicitado a todos los empleados palestinos que permanezcan en sus casas "por razones de seguridad" hasta que Clinton abandone Israel, el viernes.

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