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Maturana declara que Gil ha instaurado un régimen de terror en el Atlético

El vestuario del Atlético firmó la paz tras una hora y cuarenta minutos de reunión. Algunos jugadores confesaron no compartir las ideas tácticas de su técnico y se mostraron partidarios de otro tipo de estratégias, pero todos se comprometieron a seguir al pie de la letra su sistema. Tras la charla, Francisco Maturana pasó por alto la amenaza de despido que Jesús Gil lanzó sobre cinco jugadores. Pero no su conducta ante los malos resultados. La respeta, pero no la comparte. 'Este equipo está hecho a punta de látigo y vive bajo el régimen del miedo", dijo.

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El Atlético vivió ayer un día conciliador. Era el primer punto de encuentro entre la plantilla y el técnico tras el desastre de Vigo. Los ataques de Gil habían puesto al descubierto profundas diferencias entre ellos y se trataba, pues, de recuperar la armonía. Se logró ayer, o al menos eso aseguran todas las partes, tras una conversación que duró una hora y cuarenta minutos.La cita no desmintió las diferencias (varios jugadores se mostraron partidarios de otro tipo de tácticas que las que propone su técnico), pero sí las apagó. Los futbolistas también reconocieron que no se han seguido con exactitud todas las instrucciones de Maturana. Se firmó la paz. Al menos, en apariencia. "Se esté de acuerdo, o no, hay que pelear por el mismo sistema", vino a ser la conclusión del debate.

Al término del entrenamiento, Maturana dio su versión sobre la charla con los jugadores. "De la reunión", dijo, "ha salido un compromiso de aceptar cada uno su responsabilidad y de seguir trabajando. Ha sido una cita habitual, sólo que en una semana difícil. El fondo ha sido el de siempre: decir cada uno lo que piensa para corregir errores, con transparencia y claridad. No se trataba de ponerse de acuerdo con el sistema. En realidad, cuando se gana, es muy bueno, y cuando se pierde, los futbolistas se agarran a él como excusa".

Sólo se habló de fútbol. Los problemas extradeportivos que han rodeado la semana se ignoraron. "Se han tratado los problemas del equipo", afirmó Solozábal, "exclusivamente en el aspecto deportivo. Maturana nos ha dicho lo que piensa del equipo, pero es una cuestión que queda entre nosotros".

El capitán Tomas, uno de los afectados por la amenaza de despido lanzada por el presidente a cinco jugadores junto a Manolo, Abel, Kosecki y Rocha), también valoró la conversación con su técnico. "De momento", indicó, "se ha concedido un margen de confianza. En cualquier caso, todos los jugadores pueden hablar con él y decirle que no están de acuerdo. De la reunión, salimos los 22 jugadores en igualdad de condiciones".

Falta de cariño

Maturana hizo un esfuerzo por no profundizar en los sucesos generados tras la derrota ante el Celta, pero acabó por hacerlo. Y en su análisis dejó duros mensajes al presidente: "Este equipo está hecho a punta de látigo. Y disiento que esa sea la mejor manera de hacer las cosas. Este equipo está falto de cariño. Hace falta determinación, pero el látigo no es la solución. Lo importante es bajar el volumen a lo que pasa. El Atlético es un equipo hecho bajo el régimen del miedo. A su alrededor, todo gira en torno al escándalo. Pero no me molesta lo que dice el presidente. Es como es y ustedes lo aprovechan".El entrenador no quiso hacer comentarios sobre las amenazas de despido que Gil lanzó sobre cinco de sus jugadores. "Yo no he hecho listas", declaró, "y, por tanto, no tengo que dar explicaciones. No ratifico ningún nombre que yo no haya mencionado. Y no voy a hablar de lo que han dicho los demás. Si yo tuviera que decir algo a alguien, se lo diría personalmente. Ahora, respeto el modo de decir las cosas del presidente".

Maturana no quiso concretar la situación de ningún jugador. Sólo individualizó para atajar las críticas de Kosecki por su demarcación (según el polaco, de defensa). "Son excusas", replicó el técnico, "nada más que disculpas. Si un jugador es capaz de lograr cinco mano a mano con un portero, estando de defensa, es que es un fenómeno".

Maturana comentó algunas circunstancias de la situación deportiva del equipo. Por ejemplo, del mal que le persigue cuando juega lejos de su estadio. "Los futbolistas son humanos", manifestó, "y reaccionan también en función del estímulo exterior. Fuera de casa se sienten huérfanos de apoyo y el miedo aflora. Lo de Vigo fue la repetición de lo que sucedió en Oviedo y Tenerife y de lo que sucedió la temporada pasada".

Algún jugador ha creído descubrir una causa del bajón en los encuentros fuera de casa ("cuando encajamos un gol pensamos más en la bronca de Gil que en otra cosa"). Maturana confesó que antes no le daba validez a esta versión, pero sí tras lo sucedido desde el sábado: "Antes no lo entendía; ya sí. Es una conexión histórica que parece estar siempre presente".

El entrenador comparó su estancia en el Atlético (le han bastado ocho jornadas al frente del club para conocer las peculiaridades de este club) a la vivida en el fútbol colombiano. "El fútbol de aquí", dijo, "supera en rarezas al colombiano. Pero tiene una atractivo especial".

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