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El fiscal pide 44 años para la mujer que echó lejía en el biberón de su nietastra

María José Domínguez Herrera, de 24 años, negó ayer en su juicio, iniciado en la Audiencia de Madrid, que intentara dos veces asesinar a su nietastra, de un año, por un supuesto problema de celos. Una de ellas, echándole lejía en el biberón; otra, haciéndole tragar una mezcla de medicamentos y alcohol, según el fiscal. Éste pide para la acusada 44 años de reclusión y que indemnice a la niña con 300.000 pesetas por las lesiones que sufrió, al considerarla autora de dos asesinatos frustrados.

La procesada recordó que se casó en 1991 con Ángel M., de 41 años, quien ya tenía cinco hijos. Uno de ellos, Isabel, de 17, es la madre de la niña, Marta. Todos convivían en el inmueble asignado a Ángel como conserje de un colegio de Madrid. Luego, explicó que Marta nació en diciembre de ese año y que dos meses después ella tuvo un hijo de su marido (el abuelo de Marta)."Isabel me acusa de estos hechos porque la molesto, ya que, al estar yo, no hace lo que quiere. Ha hecho esto para quitarme de en medio", afirmó María José Domínguez. La acusada añadió que tanto su marido como ella se enteraron de que Isabel iba a tener un hijo cuando llevaba ocho meses embarazada. "Le aconsejé como una madre, que si se quedaba con el bebé debía cuidarlo, pues es una responsabilidad grande". Después insistió en que sus relaciones con ella "eran muy malas": "Había mucha tensión y discutíamos mucho, pues quería hacer lo que le daba la gana y se tomaba mal los consejos que le daba, porque no le caía nada bien y le molestaba".

La acusada negó en todo momento que intentara matar a Marta, y aseguró que trataba bien a la niña y "le daba el mismo cariño" que a su propio hijo. De esta forma, indicó que el 31 de diciembre de 1992 preparó un biberón a su hijo mientras que Isabel hizo otro a la niña: "Ella me dijo que el biberón olía a lejía y, aprovechando que discutía con mi marido, dijo que yo se la había echado". Concluyó manifestando que "Isabel no cuidaba a la niña y se despreocupaba de ella".

Un líquido más claro

A su vez, Isabel testificó que sus relaciones con su madrastra eran malas y que aquélla le había aconsejado que dejara la niña en adopción. Añadió que cuando, el día de los hechos, cogió el biberón para darle un zumo de naranja a su hija, olía a lejía pese a que lo había preparado después de comer, "cuando María José estaba en la cama". Añadió que lo había dejado en la cocina, para cuando la niña tuviera hambre, y que se fue al salón. Al volver a recogerlo, dijo, María José ya se había levantado y "tenía muchísimos centímetros de líquido más, era algo más claro y, al quitarle la rosca, apestaba".Posteriormente, Isabel informó que en otra ocasión, cuando regresó a casa -el 5 de julio de 1993-, vio que Marta estaba babeando y tuvo que llevarla a un hospital, en el que, según el fiscal, los médicos salvaron su vida al efectuarle un lavado gástrico, ya que había ingerido una mezcla de medicamentos y alcohol.

Tras matizar que no vio a María José manipular el biberón y suministrárselo a su hija, apostilló: "Creo que ha sido ella porque la he visto hacer demasiadas cosas, como apuñalar a una mujer delante de mí, de mi padre y de mis hermanos. Además, era la única persona que estaba con ella en ese momento".

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