Ejercicio de respuestas múltiples
En los exámenes para el ingreso en la Escuela Diplomática, como en bastantes otras de la oposiciones españolas, hay un ejercicio consistente en una prueba de respuestas múltiples. Las preguntas se refieren no sólo a materias internacionales, historia y economía, sino a culturales, en su sentido más amplio. Si yo volviera a ser subsecretario de Exteriores, sugeriría al tribunal, que podría, por supuesto, no hacerme caso, no sólo porque es soberano, sino por considerarme un hortera, que incluyese la siguiente: ¿Cuántas veces ha sido internacional A el guardameta Buyo?1. 7.
2. 29.
3. 61.
La casi totalidad de los aspirantes fallarían en esta pregunta porque muchos marcarían la casilla 3 (61 presencias en la selección) y bastantes la 2 (29), pero serían escasísimos los que optasen por la respuesta 1: 7 veces.
Resulta, en efecto, sorprendente pensar que Paco Buyo, a sus 36 años, y. con su asombrosa trayectoria en el Sevilla y, ya en su plenitud, en el Madrid, sólo ha defendido los colores nacionales en la selección absoluta una media docena de veces. Misterios del fútbol: coincidencia con otros porteros excepcionales, postergación no siempre justificada, etcétera... El caso es que Paco Buyo es un ágil, excepcional y rentabilísimo portero que ha entrado en la historia del Madrid con letra ya grande, no a pie de página, y, a partir de ayer, también en la de la Liga con su increíble, y muy difícil de superar, récord de partidos disputados.
Cuando yo era chico y jugábamos a las chapas, y disfrutábamos, aunque a nuestros hijos les parezca una memez, tanto como ellos hoy con el Nintendo, había siempre un par de cromos de jugadores que, por lo que representaban o por venir más escasos en los sobres, eran más apreciados y, en nuestros trueques, "valían más". Creo que si nosotros rebobinásemos el tiempo y volviésemos a escoger nuestros cromos para las chapas, Buyo, el de los 480 encuentros en Primera, el rapaz de Betanzos, sería de los más rebuscados, de los que "valían más". Ahí, en nuestra lógica, en nuestra ingenuidad y en nuestra admiración, Buyo estaría en la casilla más alta.