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La amplia victoria de Meciar preludia inestabilidad y cambios en Eslovaquia

El ex primer ministro Vladímir Meciar se ha llevado de calle las primeras elecciones generales celebradas por Eslovaquia como país independiente. Con un 35% de los votos, un 2% menos que en 1992, su partido, Movimiento para una Eslovaquia Democrática (HZDS), triplica a su más inmediato seguidor y gran perdedor, la coalición socialdemócrata encabezada por Peter Weiss, que apenas supera el 10% de los sufragios. A pesar de no haber conseguido la mayoría absoluta, el nacionalista Meciar se perfila por tercera vez como jefe del Gobierno eslovaco. Ello preludia inestabilidad política y cambios constitucionales, más una línea económica opuesta a las privatizaciones.

La comisión electoral dió a conocer ayer los resultados oficiales de los comicios eslovacos, en los que ha participado el 75% del censo. Ningún partido, a excepción del ganador, alcanza el 11 % de los votos. La anticipada victoria de Meciar, gestada en la Eslovaquia profunda, ha sorprendido a todos por su amplitud. Tanto en el caso de su partido como en el de Weiss, los sondeos preelectorales han fallado estrepitosamente, con diferencias promedio de diez puntos sobre los resultados.La asignación provisional de escaños prevé 60 para el partido de Meciar; 18 para Elección Común, la alianza electoral de Weiss; 18 para Coalición Húngara (10,2%); 17 para los Demócrata Cristianos (10%); 15 para Unión Democrática, el partido del primer ministro Jozef Moravcik (8,5%); 13 para la Unión de Obreros Eslovacos (7,3%); y 9 para el partido Nacionalista Eslovaco (SNS), que ha obtenido el 5,4% de los votos y que gobernó casi dos años en coalición con el Movimiento de Meciar. Los socialistas de Weiss, los cristiano demócratas y el partido de Moravcik eran los principales socios de la coalición que asumió el Gobierno a la caída de Meciar en marzo pasado.

Difícil negociación

El próximo martes, tras un recuento de los votos, el presidente de la República, Michal Kovac, iniciará unas consultas con los jefes de los partidos para formar Gobierno que se anticipan complicadas y preludio de una inestabilidad política prolongada. Kovac, declarado enemigo de Meciar y muy respetado por sus conciudadanos, se felicitó anoche de que los eslovacos se hayan pronunciado por un Ejecutivo que exige forzosamente alianzas.De acuerdo con la Constitución eslovaca el presidente de la República aprueba un Gobierno que debe ser ratificado por tres quintos del Parlamento de 150 miembros. Kovac, de 63 años, que fue un estrecho aliado político de Meciar, ayudó decisivamente al último defenestramiento parlamentario de éste. La hostilidad entre ambos es abierta.

El líder del HZDS ha prometido si llega al poder cambiar la ley fundamental eslovaca para que el presidente sea elegido por el pueblo y no por el Parlamento. En cualquier caso, ha anunciado que desde el Gobierno intentaría reducir drásticamente los poderes de su antiguo aliado.

Otro terreno donde se da por supuesto que la victoria de Meciar tendrá repercusiones inmediatas es el económico. El líder del Movimiento para una Eslovaquia Democrática nunca ha ocultado su rechazo al sistema de privatización por cupones impulsado por el Gobierno actual a imitación de la República Checa. Por unas cuatro mil pesetas, medio millón de eslovacos han comprado talonarios de vales que les da derecho a tener hasta 20 acciones de las empresas privatizadas. El proceso estaba acelerándose tras una parálisis de dos años.Meciar quiere desmantelar el sistema para vender directamente las empresas a inversores extranjeros, a otros hipotéticamente nacionales o a sus propios empleados, por entender que eso es lo que crearía riqueza. El problema es que la situación económica eslovaca, aunque remontando, presenta aún pronóstico grave.

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