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Los independentistas ganan en Quebec por medio punto

El Partido Quebequés (PQ) ganó por los pelos el lunes las elecciones para renovar la Asamblea Nacional de la provincia francófona canadiense. Jacques Parizeau es a partir de ahora el nuevo primer ministro de Quebec. Pero el referéndum que se comprometió a convocar para el próximo año en caso de victoria quizá haya empezado a perderlo ya. En cualquier caso, la idea de la soberanía no se ha movido un milímetro con estos comicios, cuando la voluntad del Partido Quebequés era precisamente que diese un paso de gigante.

Al final, la ventaja que ha separado al PQ del hasta entonces partido gobernante, el Partido Liberal de Quebec (PLQ), que dirige Daniel Johnson, no llegó siquiera a medio punto (44,7%, frente a 44,3%, respectivamente), con una alta tasa de participación: votó el 80% de los más de 4,8 millones de inscritos.Además, hay que tener en cuenta un dato relevante: un partido nuevo, Acción Democrática de Quebec (PADQ), logró el 6,5% de los sufragios. Esta formación es una escisión del Partido, Liberal, que se ha visto privado así de su ala más nacionalista y con ello de una victoria que hubiese prorrogado su estancia en el poder en la bella provincia, tras ejercerlo nueve años.

La lucha fue cerradísima, hasta el punto de que en alguna de las circunscripciones se impuso un candidato por 34 votos. Por ello la distancia que separaba en primeras previsiones al PQ de su rival (empezó por encima de los cinco puntos en los primeros resultados adelantados) se fue reduciendo conforme avanzaba el escrutinio.

Pero el sistema electoral, mayoritario uninominal a una sola vuelta, permite que esa. mínima distancia se traduzca en un reparto de escaños que da la mayoría absoluta a Parizeau, cuyo partido contará con 77 puestos (de 125), contra los 47 liberales y el escaño que ha conquistado el líder del novísimo PADQ, Mario Dumont, un joven de 24 años. En el Parlamento saliente, los liberales tenían 78 escaños, contra los 33 del PQ.

La primera conclusión de, las elecciones es que se ha impuesto la idea del cambio. Los quebequeses querían "una nueva forma de gobernar"', como reza el eslogan electoral del PQ, pero al mismo tiempo han enviado una señal al vencedor de que una cosa es votar una nueva Asamblea y otra dar a los independentistas un cheque en blanco. Un comentarista político quebequés ha dicho que los votantes han concedido a Parizeau "una libertad bajo vigilancia electoral".

Parizcau ha entendido el mensaje. Su discurso de la noche del lunes (madrugada del martes en España) fue moderado y conciliador. Lanzó sí, la convocatoria del referéndum ("El próximo año tendremos una cita en la que preguntaremos si queremos dar el paso que hace de un pueblo un país, si queremos convertimos en un país normal"), pero situó por delante la necesidad de gobernar y mejorar las cosas para poder llegar en las mejores condiciones a la consulta sobre el futuro constitucional de Quebec.

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