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La Reserva Federal sube medio punto los tipos de interés en EE UU para apoyar al dólar

La Reserva Federal decidió ayer dar un espaldarazo al dólar y tomar la bandera de la lucha contra la inflación. Subió medio punto los dos tipos de interés con los que marca la política monetaria. Era lo máximo por lo que habían apostado los analistas. El tipo del interbancario pasó del 4,25% al 4,75%, la tasa más alta de los últimos dos años y medio. El tipo de descuento, que es el- que carga la Reserva Federal a los bancos comerciales en sus préstamos a un día, subió del 3,5% al 4%. La banca comercial reaccionó inmediatamente. El dólar reaccionó con una discreta apreciación contra las principales divisas. En pocos minutos, el cambio dólar/marco pasó de 1,5475 a 1,5515. Cerró a 1,5595.

Se esperaba con inusitada atención. Y la Reserva Federal optó en contra de cualquier veleidad inflacionista y a favor de un dólar fuerte. Apostó además por poner una guía al fuerte crecimiento que ahora experimenta Estados Unidos.La banca comercial estadounidense reaccionó al instante. El primero fue el Chase Manhattan, que elevó su preferencial del 7,25% al 7,75%. Casi inmediatamente, anunciaron la misma medida Norwest Bank, Chemical Bank, Citicorp, Bank One y First Chicago.Crecer sin inflaciónEn un comunicado que acompañó al anuncio, el banco central estadounidense subrayó que esta subida debe bastar, a medio plazo, para mantener "el objetivo de un crecimiento sostenido y no inflacionario". Con esta afirmación, la Reserva Federal intentó dejar claro que el incremento de tipos hasta el nivel más alto en dos años y medio pretende iniciar un periodo de estabilidad monetaria. Es una respuesta anticipada al fantasma de la inflación, y un respaldo evidente a la divisa estadounidense.

El aumento decidido ayer es el quinto desde el comienzo de 1994. En febrero, el interbancario estaba en el 3%, la cota más baja en 30 años, y desde ayer en el 4,75%. El alza se produce un día después de conocerse unas cifras que muestran un crecimiento del 0,2% en la producción industrial, además de un aumento de 4,7% en el número de casas que se empiezan a construir.

Las miradas de inversores y analistas se dirigen ahora al banco central alemán, el Bundesbank, que en su reunión de mañana jueves podría anunciar alguna modificación de sus tipos de interés.

La debilidad que mostraron algunas divisas europeas la pasada semana y el control de la inflación en ese país no exigen ningún alza de tipos, aunque Alemania también haya retomado con fuerza el carro del crecimiento. La opción inversa, una bajada de intereses para ayudar a las economías europeas que más dificultades tienen para acabar de salir de la crisis, es desde ayer más dificil, toda vez que la elevación de los tipos en EE UU debilitará al marco alemán en los mercados internacionales.

La subida de la Reserva Federal provocó una reacción en dos tiempos por parte de la Bolsa de Nueva York. Nada más conocer la noticia, el mercado bursátil neoyorquino perdió 19 puntos, después moderó la bajada y, al cierre, el índice Dow Jones arrojaba una mejora de 24,28 puntos. Los analistas justificaron la recuperación en un dato del comunicado: el endurecimiento monetario debe servir para bastante tiempo o, de otra forma, la Reserva Federal no quiere repetir el espectáculo de modificar cinco veces los tipos en sólo ocho meses.EstabilidadLos mercados ya habían apostado porque la Reserva Federal, el banco central de los Estados Unidos, subiera los tipos de interés a corto plazo por lo que ni la bolsa, ni el dólar ni el mercado de deuda sufrió, tras la primera reacción, una modificación sustancial. El motivo, según los expertos es doble: por un lado, se había "descontado" un alza de al menos cuarto de punto y, por otro, los mercados consideran la opción de la Reserva Federal como una apuesta por la estabilidad. Ha sido una subida fuerte pero su efecto tiene que durar.

Aunque todavía no se han visto señales de inflación, Alan Greenspan y los demás miembros de la Reserva Federal no han querido arriesgarse. En un discurso ante el Congreso en Washington la semana pasada, Greenspan se mostró inclinado a subir los tipos al afirmar: "No tenemos más remedio que mirar hacia el futuro y reconocer que la política que hacemos ahora es más relevante para 1995 que para 1994".

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