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Los zapatistas organizan en la selva una convención para impulsar la democracia

En un lugar de la selva Lacandona, en el Estado mexicano de Chiapas, los guerrilleros del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) ultiman los preparativos de la Convención Nacional Democrática, un cónclave que parece salido del túnel del tiempo y que reunirá, el próximo fin de semana, a cientos de organizaciones civiles y a intelectuales curiosos. El propósito: sentar las bases de la transición democrática en México y evitar "una guerra civil".

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Según algunos, la Convención es una. maniobra zapatista por hacerse con un espacio político. Para otros, es el desperezar de una sociedad cansada que desea ser, por fin, dueña de su destino.El EZLN ha cumplido un papel histórico: dar el último empujón a un régimen concebido en 1929 y provocar una profunda reflexión nacional". Así valora el periodista Raymundo Riva Palacio la revuelta de esa guerrilla que el pasado enero hizo tambalear desde Chiapas las estructuras de un espeso sistema trenzado primorosamente por el Partido Revolucionario Institucional (PRI).

Al golpe de enero siguió el de junio: el día 11, a dos meses de las elecciones generales, el EZLN rechazó las propuestas de paz del Gobierno y lanzaron un reto inesperado: que fuera la sociedad civil, "los que tienen nombre y rostro", la que asumiera la bandera de su causa ("libertad, justicia y democracia"). El objetivo era acabar con un "Gobierno usurpador" y lograr una auténtica transición democrática. La única vía sería una convención que sirviera como "punto de encuentro entre organizaciones civiles dispersas y un movimiento militar aislado". Una convención que evitara el estallido de la guerra civil y que abriera "un espacio libre de lucha política sobre el cadáver maloliente del sistema de partido de Estado y el presidencialismo".

El eco de la llamada zapatista recorrió despachos, barrios y universidades. Las organizaciones civiles se pusieron manos a la obra. La fe que despierta esta iniciativa de un grupo, después de todo, armado y enmascarado se explica, según José Alvarez Icaza, director de uno de los organismos convocantes, "porque es un grupo armado y enmascarado raro. No quiere seguir enmascarado ni quiere seguir armado". "Coincidimos con la justicia de su causa, que no ha sido escuchada, no con sus métodos", dice.

"Se trata de una iniciativa que los ciudadanos han asumido. Como dice Carlos Fuentes, una iniciativa con valor en sí misma por su propósito pacífico", opina desde Chiapas el sacerdote Pablo Romo, director de la Comisión de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas, del obispado de San Cristóbal.

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Invitación a intelectuales

Otrosañálisis otorgan a la convocatoria un barniz más prosaico. "Los zapatistas necesitan estar en el candelero porque el público es «su gran defensa. Ahora buscan un nuevo nivel de legitimación: de ahí la invitación a intelectuales como Carlos Fuentes o Eduardo Galeano. No hay que olvidar que se trata de la guerrilla más sofisticada del continente en cuanto al uso de los medios", comenta Raymundo Riva Palacio. La misma tesis comparte el escritor Jorge Castañeda. "Sin duda hay una efervescencia social real en México: organizaciones no gubernamentales, universitarias, campesinas. Marcos trata de captar esta parte contestataria y abrir un espacio político que luche contra el 'Chiapas ya no existe'".

Desde las montañas del sureste mexicano el subcomandante ha ido dando las pautas de la convención a golpe de carta. Por lo pronto, los excluidos: aquellos que no acepten una transición pacífica, los que rechacen la vía electoral, los que no quieran una nueva Constitución y los que no consideren al PRI como el principal obstáculo para la democratización del país.

Los principios de la convención quedaron ratificados el 2 de julio en una tumultuosa asamblea celebrada por centenares de organizaciones civiles en la Universidad Autónoma de México. "El propósito es apoyar la participación en las elecciones del 21 de agosto, y que sean fiables", explica Alvarez Icaza. Después, el respaldo a un Gobierno de transición y la elaboración de una nueva Constitución.

Algunos interrogantes quedan en el aire. Qué trascendencia pueda tener la Convención (toda, para los zapatistas, escasa, para el Gobierno) y qué sucederá si el PRI, eliminado del juego por el EZLN, gana los comicios, con o sin fraude. "El pueblo decidirá", afirma Romo. Marcos tiene esperanzas. "El problema", ha dicho, "es si esta esperanza tiene un disparador o una boleta electoral". O el Gobierno acepta a la mayoría o "hay una guerra muy larga". El "EZ", dice el 'sub', no tiene ya nada que perder.

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