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UNA CATÁSTROFE BÍBLICA

"Tenemos que volver aunque el FPR nos mate"

Las nuevas autoridades de Ruanda piden con énfasis a los millones de refugiados, en su mayor parte hutus desperdigados por los países vecinos, que vuelvan a sus pueblos donde les dicen que no deben temer represalias. Pero a sus oídos llegan noticias de cómo los tutsis vencedores están requisando viviendas de los hutus vencidos, aunque sean las de los milicianos que apoyaron al antiguo régimen genocida. Los refugiados reciben estás conflictivas e inquietantes señales y sólo unos pocos optan por regresar.Unos centenares de hutus llegaron ayer a la frontera después de salir de Goma y decían preferir la incertidumbre del retorno al infierno vivido en los campos zaireños. "Quererneos volver" decía uno que actuaba como portavoz del grupo, que escapó la semana pasada de su país huyendo del avance de los tutsis. "Necesitamos comida y agua. Tenemos muchos enfermos. Todos padecemos diarrea". Mientras él hablaba, en un acalorado debate se discutían los pros y los contras del retorno y si eran de creer los llamamientos del Gobierno o no. "Tenernos que volver aunque el FPR [Frente Patriótico Ruandés] nos mate a todos", decía uno de ellos.

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El comunicado del Ministerio del Interior en Kigali hacía hincapié en que. la seguridad y la libertad de movimientos son ahora totales en el país. "Los soldados estacionados en los cruces de carreteras están allí para facilitar el desplazamiento de las personas, y se ruega a los civiles que les ayuden a cumplir con su tarea", se leía. El texto subrayaba la urgencia de reanudar las tareas agrícolas para evitar la escasez de alimentos.

Casas ocupadas

Al mismo tiempo, gran parte de las casas abandonadas por los miembros del antiguo partido único van siendo ocupadas por simpatizantes tutsis del FPR. Fuentes cercanas a este movimiento aseguran que sólo se requisan las casas de milicianos implicados en las matanzas.

La casi totalidad de las viviendas de antiguos dirigentes del partido único y las residencias de embajadores son ya ocupadas por los mandos del FPR. En varios barrios de Kigali, numerosas casas abandonadas llevan una inscripción hecha con una tiza blanca que advierte: "Reservada". Sus nuevos moradores aseguran que recibieron la promesa de que podrían adquirirlas a un precio módico o incluso quedarse en ellas sin pagar alquiler.

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Este tipo de medidas sólo puede dificultar la política de reconciliación nacional anunciada por las nuevas autoridades y reactivar la tensión interétnica ,justo en un momento en que los hutus esperan señales prometedoras del FPR.

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