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Estados Unidos pone una fecha límite a la invasión de Haití

Antonio Caño

Estados Unidos puso ayer, por primera vez, un plazo máximo para resolver la crisis de Haití: el 1 de octubre. Antes de ese día, según anunció el emisario especial para asuntos haitianos en la Casa Blanca, William Gray, los militares que gobiernan Haití habrán abandonado el poder por su propia voluntad o como consecuencia de una invasión. El Gobierno estadounidense ha iniciado negociaciones con la ONU para que una hipotética intervención militar se ejecute, si es posible, con respaldo y colaboración de esa organización.

"Nuestra expectativa es que los tres secuaces [una referencia al jefe del Ejército, Raoul Cédras, al jefe del Estado Mayor, Phillipe Biamby, y al jefe de la Policía de Puerto Príncipe, Michel François] no estén en el poder para esa fecha", declaró Gray al diario USA Today.

El presidente Bill Clinton, advirtió que la limpieza de las Fuerzas Armadas haitianas irá más allá de la mera salida de los tres principales responsables del golpe de 1991 contra Jean-Bertrand Aristide. "Sería ridículo pensar que sólo echando a dos o tres personas, Haití puede salir adelante. Estoy más decidido que nunca a impulsar un verdadero cambio de liderazgo allí", dijo el presidente al periódico The Boston Globe.

Todas estas declaraciones hacen pensar que la decisión de invadir Haití está ya tomada, y que lo único que falta por definir es cómo y cuando. Un alto funcionario de la Administración, el subsecretario de Estado Peter Tarnoff, se reunió en la noche del martes con el secretario general de las Naciones Unidas, Butros Butros-Gali, con el fin discutir las perspectivas de una acción militar en Haití coordinada con esa organización.

Estrategia de plazos

El plan de EE UU es el de presentar en el plazo de una semana un proyecto de resolución que incluya lo más explícitamente posible la amenaza de invasión. Esa resolución, que podría ser aprobada antes del final de mes, daría más credibilidad aún a la advertencia estadounidense y podría servir para convencer a los jefes militares haitianos de que deben retirarse cuanto antes.Si la resolución no consigue ese efecto, Estados Unidos tendría ya las manos libres para acelerar la opción militar a lo largo de agosto o septiembre. El Gobierno estadounidense no está dispuesto, sin embargo, a que el apoyo de la ONU se convierta en un obstáculo para una intervención. Es decir, según explicó Tarnoff a Gali, EE UU no quiere que sea la ONU la que decida, sino que dé su apoyo.

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El vicepresidente Al Gore insistió ayer en que la invasión no es inminente. Y explicó por qué: las sanciones económicas están surtiendo el efecto buscado. A pesar de ello, nadie apuesta por una política de espera.

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