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Major, incapaz de convencer al Parlamento sobre su veto a Dehaene pese al apoyo de los 'euroescépticos'

Hubo aplausos y adjetivos elogiosos en los bancos conservadores, pero la explicación del primer ministro británico, John Major, sobre las razones que le llevaron a vetar laelección de su homólogo belga, Jean-Luc Dehaene, como presidente de la Comisión Europea, no convenció a los Comunes. Major reconoció que la crisis abierta tras el fracaso de la cumbre comunitaria de Corfú podía y debía haberse evitado. "Cuestiones claves deben decidirse por unanimidad en reuniones en las que todos tengan la opotunidad de partícipar" dijo en alusión al preacuerdo franco-alemán en favor de Dehaene.

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Por si quedaba alguna duda sobre la firmeza de su posición, el primer ministro británico recalcó ayer ante el Parlamento británico que su país no apoyará en ningún caso a Dehaene en la próxima cumbre extraordinaria del 15 de julio, convocada por la presidencia alemana, que asume la jefatura de la Unión Europea (UE) el próximo viernes. Major insiste en lo dicho en Corfú: que sus candidatos siguen siendo el británico Leon Brittan y, el primer -ministro holandés Ruud Lubbers, considerados menos federalistas que Dehaene.Pese a los esfuerzos de Major por vestir su polémica decisión, que provocó el fracaso de la cumbre comunitaria, con el ropaje de los intereses británicos, los líderes de la oposición y la opinión pública, a juzgar por los titulares de la prensa de ayer, han interpretado su veto como un mero gesto para reforzar su precaria situación en el seno del Partido Conservador.

Margaret Beckett, líder interina del Partido Laborista desde el fallecimiento de John Smith en mayo, fue la primera en desmontar punto por punto el razonamiento del primer ministro para recordarle lisa y llanamente que en Corfú acababa de sufrir una "humillación" al no conseguir el menor apoyo para su candidato (el también conservador Brittan] al puesto de Jacques Delors. Beckett acusó a Major de ser un "prisionero" de los euroescépticos.

El líder liberal demócrata, Paddy Ashdown., fue también crítico con la posición del primer ministro, al que acusó de practicar una política en búsca de los titulares de la prensa y con el úníco fin de acallar las críticas a sugestión dentro de su propio partido. Aslidown cree que el primer ministro no ha actuado en Corfú en defensa de los intereses del Reino Unido. Esta misma idea fue repetida una y otra vez por los laboristas.

En una intervención de apenas 15 minutos, el primer ministro británico intentó capear el temporal y convencer al resto del Parlamento de sus buenos propósitos comunitarios. "Me habría gustado ser un eurotriunfador y tener el apoyo de Europa", dijo apoyado en el atril, "pero ser un buen europeo no significa rubricar todo lo que deciden nuestros compañeros en la comunidad".Duras críticas de Heath

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Major hubo de aceptar, una vez más, que las mayores críticas surgieran de las filas conservadoras, las de su propio partido. Esta vez no procedieron del ala más derechista y antieuropea, como es costumbre, sino de los sectores más liberales y proeuropeos. La intervención del ex primer ministro conservador, Edward Heath, fue con diferencia la más dura de las que tuvo que escuchar ayer John Major en el edificio del Parlamento.

Después de que algún euroescéptico tomara la palabra para calificar de "valiente y popular" la decisión de Major en Corfú, Heath aseguró con contundencia: "Creo que el uso del veto no es motivo de satisfacción, sino de preocupación", dijo el ex primer ministro. "Y lo que este Gobierno debiera hacer es concentrarse en la forma de resolver la crisis que se ha producido". Un visiblemente disgustado Edward Heath se preguntó en voz alta si la actitud de Major en Corfú no viene a significar que sólo los candidatos aceptables para el Reino Unido pueden ser los elegidos por los demás.

Flanqueado por sus ministros de Exteriores, Douglas Hurd, y de Hacienda, Kenneth Clarke, en un intento por mostrarse apoyado por los pesos pesados de su partido, Major encajó la diatriba como pudo, señalando una vez más que el derecho de veto existe para ser usado. Por lo demás, sus razonamientos no representaron nada nuevo con respecto a lo ya dicho en Corfú. "No tengo nada personal en contra del señor Dehaene", reiteré, "pero ya advertí al Gobierno belga y a la Comisión Europea que no estábamos dispuestos a aceptar a este candidato". Brittan y Lubbers siguen pareciéndole a John Major los candidatos más cualificados para ocupar la presidencia.

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