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MUNDIAL 94

MERCADO DE VALORES

SUBENHAGI. Dejó España con el samBenito de chupón. El debú de Rumania frente a Colombia ha dado la razón a sus detractores. Hagi recibió el balón pegado a la banda izquierda, a 25 metros de la portería. Tenía a Raducioiu pidiéndole el balón en el área, a Dumitrescu desmarcándose por su banda, a Petrescu al borde del colapso en plena carrera de 30 metros por la derecha. Al muy egoísta se le olvidó la presión en banda y las posiciones de rechace y metió un gol.

ROMARIO. Antes del partido frente a Rusia, Romario visitó una iglesia para rogar que no hubiera ninguna desgracia durante el Mundial. Ni atentados terroristas ni catástrofes naturales. Nadie ha dicho que rezara por los rusos, a los que sometió a una dura penitencia.

CHARLTON. El seleccionador irlandés puede ser invitado a Wall-Street por las principales compañías cerveceras de Estados Unidos. La victoria de Irlanda sobre Italia promulgó la ley húmeda en Nueva York.

NO COTIZAN

SACCHI. Con Arrigo Sacchi, catedrático de aritmética por la universidad milanista de fútbol, nigún italiano ha aprobado el primer parcial. ¿Mal profesor o alumnos indolentes? La lección era sencilla: un 4-3-3 reciclable a 4-4-2 en función de la regla off-side y la línea de flotación central, apoyado en zonas de acordeón en las que el 4-3-3 se transforma en un 1-3-23-2.

BEBETO. En La Coruña han podido comprobar que la sequía de Bebeto no es cuestión de meigas. Frente a Rusia, el delantero del Deportivo estuvo fallón y desdibujado, presa de un mediocre alguacil ruso. Bebeto tampoco tiró el penalti.

GUERRERO. El jugador español que más autógrafos, carteles y escayolas ha firmado desde la buitremanía ha sido sacrificado por Javier Clemente. Las televisiones han puesto el grito en el cielo ante el temor de que descienda la audiencia femenina.

BAJAN

BAGGIO. El alumno más brillante de Sacchi también suspendió frente a Irlanda. Pero está tan enchufado que hasta Silvio Berlusconi le ha echado una mano: "Hay que crear espacios a Baggio".

CLEMENTE. El seleccionador ha sido sincero. Para explicar el empate con Corea del Sur no ha emulado la excusa italiana del Mundial de Inglaterra. Perdieron con Corea del Norte y aseguraron que, ante la imposibilidad de distinguirles, habían jugado once coreanos en cada tiempo.

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