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Dos magistrados de Manos Limpias rechazan entrar en el Gobierno de Berlusconi en Italia

Los magistrados de Manos Limpias Antonio di Pietro y Piercamilo D'Avigo, a los que Silvio Berlusconi había ofrecido el Ministerio del Interior o la dirección de la Policía, y el de Justicia, respectivamente, rechazan cualquier propuesta de ese tipo, según anunció ayer su jefe en la Audiencia de Milán, Saverio Borrelli. Éste añadió que la fiscalía que dirige ha pedido el procesamiento de Umberto Bossi y otros 36 acusados de cobrar ilegalmente del grupo Ferruzzi. La Magistratura milanesa ha pedido además el procesamiento de Paolo Berlusconi, hermano de Silvio.

Estas noticias indican que el primer ministro in pectore no podría haber iniciado una andadura más aciaga con los magistrados que han contribuido decisivamente a destruir el viejo sistema político italiano. Para valorarla en toda su negatividad, hay que leer la entrevista con el citado Borrelli que publica esta semana la revista Panorama, propiedad de Berlusconi.El fiscal jefe de Milán dice en la entrevista que "teme tiempos oscuros" al amparo de los proyectos aireados por la nueva derecha dispuesta a asumir el Gobierno de "separar la magistratura que investiga de la que juzga, con el objetivo último de someter a los fiscales al poder ejecutivo". En Italia, la magistratura es única, sin separación entre las carreras de fiscales y jueces.

Borrelli considera también sintomático que, paralelamente, haya vuelto a ponerse en cuestión la figura del mafioso arrepentido, y constata que los proyectos de reforma de la Justicia de Berlusconi son idénticos a los contenidos en el "Plan de Renacimiento Democrático" que le fue encontrado a Licio Gelli, el maestro venerable de la logia masónica Propaganda 2 (P-2), a la que perteneció el futuro primer ministro italiano.

Por si hiciera falta otra señal de que Manos Limpias sigue adelante, Borrelli, acompañado de Di Pietro, anunció a la prensa que ha sido pedida la apertura del juicio oral contra 37 personalidades de la política y la economía que, en su mayoría, reconocieron haber recibido ilegalmente dinero del grupo Ferruzzi al declarar como testigos en el recién concluido proceso contra el financiero Sergio Cusani.

Umberto Bossi, el líder de la Liga Norte, es uno de los que se sentarán en el banquillo cuando el juez de instrucción decida sobre esta petición fiscal, el próximo 24 de mayo. Entre los otros 36 están políticos socialistas como Bettino Craxi, Claudio Martelli y Gianni De Michelis; democristianos como Arnaldo Forlani y Paolo Cirino Pomicino; el líder republicano Giorgio La Malfa; el liberal Renato Altissimo. No hay ningún procesado del Partido Democrático de la Izquierda (PDS, ex comunista), aunque los jueces consideran probado que percibió 1.000 millones de liras (unos 85 millones de pesetas), porque hasta el momento no se ha identificado a la persona que los cobró.

La apertura de juicio oral contra Paolo Berlusconi ha sido pedida, en cambio, en el contexto de un presunto pago de comisiones a un banco público para que comprara pisos de una constructora que, cuando se produjeron los hechos, era propiedad de Silvio Berluscon.

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Formación de Gabinete

Los problemas inmediatos que el propietario de Fininvest encontrará el lunes, cuando inicie los contactos para la formación de su Gabinete, no vendrán, sin embargo, de estas diligencias judiciales, aunque la última toma de posición de la Magistratura de Milán es muy importante. La imposibilidad de cubrir la cartera de Interior con Di Pietro deja abierta la polémica con la Liga Norte, que aspira a hacerse con dicho ministerio. La fórmula de los tres juristas propuesta por Berlusconi para garantizar que no favorecerá a sus empresas desde el Gobierno ni viceversa es, por otra parte, objeto de críticas generalizadas. Sobre todo tras conocerse que dos de los tres profesores indicados han sido estrechos colaboradores de Fininvest, el grupo de Berlusconi.

Pero el financiero se muestra optimista. El viernes anunció un "pleno acuerdo de programa" con Bossi y el neofascista Gianfranco Fini. "Me siento en lo que los católicos llaman estado de gracia, algo que hace que te vuelvas una persona distinta sin que siquiera te des cuenta", ha comentado en estas horas Berlusconi.

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