Detenido el jefe del 'comando Barcelona' de ETA

La policía detuvo poco después de las dos de la tarde de ayer en Barcelona al etarra Felipe San Epifanio, Pipe, ex miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna y responsable del comando Barcelona. El etarra, uno de los dirigentes más buscados, fue identificado cuando se encontraba en el bar Costa Brava, a 300 metros del Gobierno Civil y muy cerca de una comisaría. Pipe, que iba armado, resultó herido leve al oponer resistencia a los agentes que le detuvieron, aunque no se produjeron disparos.. Tres compañeros de San Epifanio lograron huir de la operación policial emprendida tras la detención.

Las circunstancias que originaron la detención no han sido aclaradas totalmente. La versión oficial difundida por el Gobierno Civil indica que dos agentes uniformados que realizaban una patrulla por el barrio reconocieron al etarra por casualidad y alertaron a sus compañeros. Otras fuentes señalaban, sin embargo, que la detención fue posible gracias a la colaboración ciudadana dado que una persona había observado la pistola que el etarra llevaba oculta en la cintura y había avisado a la policía.Poco después de la detención se localizó un piso franco en el que, de acuerdo con las primeras informaciones, se halló abundante documentación, explosivos y elementos que permitieron identificar a los restantes miembros del comando. Esta última información no fue confirmada anoche por fuentes oficiales, que mantenían un absoluto hermetismo sobre este extremo.

La citada vivienda fue sometida durante la tarde de ayer a una estrecha vigilancia para poder detener a los otros tres componentes del comando, el cuarto que la organización terrorista ha logrado establecer en la capital catalana. Cuando los agentes irrumpieron en la vivienda comprobaron que los etarras la habían abandonado apresuradamente.

Los tres integrantes del comando que no han sido detenidos fueron identificados como Dolores López Resino, Lola; Gregorio Vicario Setién y Rosario Ezquerra Pérez de Nanclares. Dolores López ya participó en el segundo comando Barcelona, que dirigía Joan Carles Monteagudo, autor entre otros atentados de la matanza en la casa cuartel de Vic, en 1991, que causó nueve muertos, cinco de ellos niños.

La noticia de la detención trascendió a media tarde de ayer, aunque numerosos medios se comprometieron a mantenerla congelada debido a que la operación proseguía en busca de los restantes miembros del comando. Sin embargo, poco después, una emisora del País Vasco difundió la noticia, con lo que el factor sorpresa quedaba anulado. El gobernador civil de Barcelona, Jaume Casanova, se mostró satisfecho anoche por la detención, aunque reconoció que sentía cierto pesar al no haber podido localizar a la totalidad del comando, que consiguió huir alertado por el conocimiento de la noticia o por la falta de la llamada de seguridad que debía realizar Pipe.

Testigos

Los camareros del bar Costa Brava, un pequeño local de tapas de la Barceloneta, con una barra y sin mesas, se mostraban anoche poco explícitos sobre cómo se produjo la detención y alegaban que todo había ocurrido en el turno anterior al suyo. De acuerdo con la versión de uno de ellos, Pipe fue detenido cuando salía del lavabo, informa Belén Ginart. El mismo camarero aseguró que no había visto al etarra con anterioridad. El camarero de un bar vecino afirmó que en muy pocos minutos se produjo un amplio despliegue de policías de paisano, mientras que un transeúnte explicaba que había visto salir al etarra "con sangre en la cara y en la camisa".

La policía asegura que San Epifanio fue el autor material de los disparos que costaron la vida al coronel Leopoldo García Campo, que fue asesinado a quemarropa el pasado 7 de febrero cuando regresaba a su domicilio en Barcelona. El etarra fue identificado entonces gracias a una huella dactilar que dejó impresa en un coche bomba que los terroristas confiaban en que quedaría totalmente destruido tras asesinar al coronel.

El comando cometió el pasado 19 de abril un espectacular atentado al aparcar en el paseo de Colom de Barcelona un vehículo cuya baca disponía de varios lanzagranadas, que al ser disparados fueron a empotrarse en el edificio del Gobierno Militar. La metralla mató al transeúnte Vicente Beti Montesinos, de 42 años, casado y padre de dos hijos.

La desarticulación de la cúpula de ETA en Bidart (Francia) en marzo de 1992 catapultó a Pipe hacia los puestos dirigentes de la organización, según constaba en diversa documentación intervenida por la policía. El hecho de que San Epifanio haya tenido que colaborar directamente en los últimos atentados de la banda en Barcelona hace sospechar que la capacidad operativa de ETA se encuentra mermada.

El etarra arrestado comenzó como activista de la organización juvenil Jarrai. En 1984 fue detenido y condenado a cuatro meses de arresto por incendio y desórdenes públicos. En 1991, la fiscalía de la Audiencia Nacional acusó a Pipe, que entonces era miembro de la Mesa Nacional de Herri Batasuna, de dirigir el aparato de finanzas de ETA en España junto con José Carlos Apezteguía. También se le acusó de mantener citas con empresarios extorsionados para cobrar el impuesto revolucionario. En junio de ese año, huyó de España después de que se dictara una orden de busca y captura tras conocerse que había hecho entrega de una pistola a un miembro de un comando al comando Matala.

Responsable de finanzas

Un año después, en 1992, la detención de los miembros del comando Mugarri permitió conocer que Pipe captó a varios de sus integrantes, recibió en la sede de HB en Bilbao informaciones para preparar atentados y ordenó no atacar a una empresa constructora, vinculada a las obras de la autovía de Leizarán, porque "se está negociando". Ya en Francia, pasó a dirigir la red de financiación de la banda junto a Sabino Euba, Pelopintxo. En julio de 1992, el juez Baltasar Garzón proceso a Pipe por colaboración con ETA.

En el verano de 1993, San Epifanio, encargado de decidir la ejecución de atentados, fue apartado de la cúpula de la organización tras ser criticado por haber impedido una tregua con la acción terrorista que un mes antes había costado la vida a siete personas en Madrid.