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EL LICEO, EN RUINAS

Los teatros que renacieron de la devastación

Siniestros y reconstrucciones jalonan la historia de las óperas europeas

Tres meses antes del final de la II Guerra Mundial, la Semperoper de Dresde compartió el destino de la ciudad alemana. La orgullosa sala de conciertos, obra señera del arquitecto Gottfried Semper (1803-1879), quedó reducida a cenizas bajo las bombas de fósforo de las fortalezas volantes aliadas. No era la primera vez que el teatro quedaba destruido: en 1869 había sido consumido por el fuego. La primera reconstrucción estuvo a cargo del mismo arquitecto, que mantuvo en el edificio la característica que lo había hecho famoso. Era uno de los primeros teatros de ópera construidos específicamente para su función, de modo que ésta dictaba la forma del edificio y no al revés.En 1945, sólo las paredes principales sobrevivieron al bombardeo y la subsiguiente tormenta de fuego. Hacia 1950, una techumbre provisional había sustituido a la destruida y los muros fueron reconstruidos parcialmente. Surgió la polémica entre quienes abogaban por una reconstrucción fiel del edificio original -uno de los coliseos operísticos más bellos del mundo- y los que defendían una edificación de nueva planta.

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Monumento al entusiasmo ciudadano

Realismo socialista

Esta última solución hubiera implicado una arquitectura fiel al realismo socialista, el estilo oficial de la República Democrática Alemana. Finalmente, en 1977 comenzaron las obras de reconstrucción, facilitadas por el hallazgo en Viena de los planos originales de Semper. Aun así, el nuevo teatro no es igual que las dos versiones anteriores. Aparte de una reforma extensiva del escenario y las tramoyas, los restauradores ampliaron el aforo de la platea de 250 a 1.300 asientos, suprimieron las divisorias de los palcos y democratizaron el acceso al foyer y bares del recinto.El Teatr Wielki, de Varsovia, fue otro coliseo que sufrió los efectos de la última contienda europea. Construido entre 1825 y 1833 por el italiano Antonio Corazzi y los polacos Adolf Schuch y Alexander Kozubowski, el Wielki resistió hasta la sublevación del gueto de Varsovia en 1944. Los alemanes utilizaron como escudos humanos a los polacos que se habían refugiado dentro y, en los sótanos, torturaron a 350 miembros de la resistencia. Cuando la ciudad fue liberada, del teatro Wielki quedaba sólo la fachada.

La reconstrucción comenzó en 1949 según el diseño del arquitecto Romuald Gutt y fue proseguida por Bolidan Pniewski. La sala de ópera volvió a abrir en 1965, con una producción de King Roger.

Los restauradores aprovecharon para reformar por completo el escenario y la tramoya y reconvirtieron los laberínticos salones privados del edificio en grandes áreas abiertas al público. El acabado retuvo la suntuosidad de tiempos pasados.

"Moderno-vulgar"

Una reconstrucción menos inspirada y sin embargo mucho más reciente es la del Gran Teatro de Ginebra, una imponente construcción de 1879 que domina una gran plaza próxima al centro comercial de la ciudad. En 195 1, un incendio fortuito dejó el interior del edificio reducido a cenizas. La restauración ha sido calificada por los críticos de arquitectura como "moderna-vulgar". La sala, ampliada hasta un aforo de 1.300 localidades, es confortable, pero contrasta con el esplendor decimonónico de las escalinatas y los vestíbulos.El famoso Covent Garden de Londres conoció también la destrucción el 5 de marzo de 1856. Había sido construido por el italiano Benedetto Albano poco antes, en 1847, a partir de un edificio anterior. Al finalizar un baile de máscaras, los espectadores estaban cantando Dios salve a la reina cuando el fuego prendió en la techumbre. El origen del siniestro estuvo en un incendio en el taller de carpintería, en los sótanos. En dos horas, el edificio estuvo condenado, ya que Albano había suprimido una pared cortafuegos erigida bajo el arco de proscenio por los constructores originales.

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