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Grietas y humedades introducen al Casón del Buen Retiro en la lista de edificios por reparar

Cultura ha inspeccionado el estado de sus inmuebles tras las goteras del Prado

Elsa Fernández-Santos

Las grietas y humedades se ceban con los templos de la cultura madrileña. Hace tres meses, unas gotas de agua en la sala de Las meninas del Museo del Prado desataron una polémica que ha obligado a Cultura a revisar sus edificios. Con estas inspecciones se ha descubierto que el Palacio de Cristal y el Casón del Buen Retiro, entre otros, son víctimas del viento y el agua. Cultura quiere iniciar antes de fin de mes una intervención urgente en el Casón, que, con un presupuesto de entre 50 y 60 millones de pesetas, pretende frenar el deterioro de este museo, que alberga pinturas del siglo XIX.

Una instalación anticuada de aire acondicionado, grietas y humedades son los problemas más graves que presenta el Casón del Buen Retiro. El edificio, prolongación del Museo del Prado y que alberga la colección del siglo XIX, entrará antes de final de mes en un plan de choque para el lavado y reparación de los problemas de aislamiento. Seis meses después está previsto el final de estas obras."Se trata del primer paso de la remodelación. Ahora lo importante es arreglar los desperfectos de la maquinaria interna del museo", explica Andrés Matas, director general de servicios del Ministerio de Cultura, un departamento creado hace tres meses -poco después de las goteras que aparecieron en la sala de Las meninas del Museo del Prado- y que pretende poner al día a todos los edificios madrileños que dependen del Ministerio de Cultura.

Las salas no cierran

El Casón no cerrará en ningún momento durante los trabajos, según afirman los responsables. Inaugurado como museo en junio de 1971, cuenta con 5.135 metros cuadrados, de los que 2.124 están destinados a exposición. "La premisa que ha prevalecido es que en ningún momento se tenga que cerrar el museo. El Casón no está en un estado grave, pero tiene muchas deficiencias que hay que parar y dejar definitivamente arregladas. Es una forma de adelantar una futura remodelación", continúa Matas.

"El problema más grave es el del aire acondicionado, que es muy viejo y está en muy mal estado. El aire es importantísimo en un museo. De él depende la vida de muchas obras, y por ello las obras empezarán por ahí", continúa el director.

La fachada del Casón, entre las calles de Alfonso XII y de Felipe IV, fue construida en el siglo XIX, pero su interior data de un siglo antes. El museo es conocido por haber albergado durante más de diez años el Guernica, trasladado al Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía el año pasado.

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Cristales rotos

La semana pasada, otro edificio histórico de Madrid, el Palacio de Cristal, situado en El Retiro (véase El PAÍS, 12 de enero), mostraba sus cristales rotos, cubiertas desprendidas y azulejos desaparecidos. El palacio, que nació en 1887 como invernadero para exposiciones de plantas exóticas, ha sido en los últimos años centro de exposiciones de arte, centro de grabación de vídeos y películas y un edificio con valor artístico en sí, mismo gracias a su bella arquitectura.

El proyecto de remodelación propone una restauración que devuelva al edificio el esplendor original al edificio de Velázquez Bosco y una rehabilitación que mejore las condiciones ambientales y funcionales del pabellón.

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Sobre la firma

Elsa Fernández-Santos
Crítica de cine en EL PAÍS y columnista en ICON y SModa. Durante 25 años fue periodista cultural, especializada en cine, en este periódico. Colaboradora del Archivo Lafuente, para el que ha comisariado exposiciones, y del programa de La2 'Historia de Nuestro Cine'. Escribió un libro-entrevista con Manolo Blahnik y el relato ilustrado ‘La bombilla’

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