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Reportaje:

Sin Blanca y en blanco

El bajo nivel del esquí español dejará en simbólica su presencia en los JJ OO

¿Dónde está el esquí español? Blanca Fernández Ochoa dejó tan vacío el deporte blanco al retirarse tras su medalla olímpica en Albertville 92, que el panorama pareció ennegrecerse definitivamente. La nueva cita invernal de Lillehammer, en febrero del año próximo, llegará demasiado pronto para esperar algún otro fruto. La presencia española será tan simbólica que hasta pueden ir niñas de 16 años para aprender. "Iremos con los retales del pasado y niñas que están a ocho años de diferencia de Blanca", dice Segismundo Fraile, presidente de la Federación de Deportes de Invierno (FEDI). "Son unos Juegos que nos vienen a trasmano", añade. A una semana de cumplirse el plazo, las discusiones entre el Comité Olímpico Español (COE) y la federación se centran en decidir si la participación española se limita a cinco o a 13 participantes. Objetivo: aprender.El listón se puso muy alto en el deporte español con los éxitos en Barcelona 92. En los deportes de invierno, el problema ya casi crónico es mucho más grave. Además de estar sin Blanca -ahora asesora del Secretario de Estado para el Deporte, Rafael Cortés-, el plazo del nuevo examen va a ser de sólo dos años. Demasiado poco para soñar con éxitos.

El maltratado deporte invernal español también ha tenido que soportar el cambio del ciclo olímpico a fin de dar más realce a sus Juegos sin que coincidieran los mismos años que los de Verano. Después de Albertville 92 llega Lillehammer 94. La presencia española será mínima. La decepción está asegurada y sólo queda la leve esperanza de que, al fin, den frutos en los próximos años los esfuerzos invertidos en promoción.

Ante el temor a un ridículo absoluto, el Comité Olímpico Español, (COE) ha puesto unas exigencias altas -aunque no excesivas- para participar en Lillehammer. Ha tenido una primera reunión con la FEDI y la decisión final se tomará el día 21. "Después de los éxitos de Barcelona no podemos bajar el listón", dice un alto funcionario del COE. "Hay que tener un papel digno y no hacer turismo olímpico. Hemos puesto unos baremos y la FEDI dice que son altos, pero se trata sólo de que los que vayan estén entre los 15 o 20 mejores".

Lista de 16

La FEDI ha dado una lista de 16 participantes -ocho de esquí alpino, cuatro hombres y cuatro mujeres; tres fondistas, hombres; otro de luge (trineos), dos patinadores y dos esquiadores artísticos. Pero se conformaría con 13 -descartando tres esquiadores-. En Juegos anteriores, con Blanca tapando la miseria restante desde Sarajevo 84, la representación fue mucho mayor. Pero eso se acabó. "Estoy de acuerdo en que haya una participación digna" señala Fraile, "pero no con dos atletas. Sería ridículo que España desfilara con ellos dos y seis entrenadores". El presidente de la FEDI, como el director técnico de esquí alpino, el italiano Daniele Fioretto, marido de Blanca, también tienen una justificación al rigor del COE: "Samaranch dijo en su momento que debería haber restricciones en la participación española y le están haciendo caso".

"Yo estoy con los pies en el suelo", dice Fioretto. "No estoy preocupado. Si me dicen que no hay que llevar a nadie, pues bien. Pero no estoy de acuerdo. No hablamos de medallas. Un buen resultado sería entre el 11º y el 200. Pero hay que llevar un mínimo y una chica para que no tenga tanta presión en Sierra Nevada 95".

La chica a que se refiere Fioretto es la pequeña de las hermanas Rienda, de 16 años. Ganó los Juegos Olímpicos de la Juventud y acaba de rebajar 100 puntos FIS -la lista equivalente a la de ATP en tenis- para la Copa del Mundo de descenso. Puede ser la primera gran especialista española de la historia en pruebas de velocidad. Pero es sólo un proyecto. También está su hermana, María José, un año mayor. La realidad actual se reduce a Ainhoa Ibarra. "Puede estar entre las 15 primeras", dicen los federativos. Pero en la Copa del Mundo de esta temporada ha estado en puestos como el 32 y el 37. De los hombres no se tienen ni esperanzas. Sólo el fondista Juan Jesús Gutiérrez puede brillar en fondo sobre los 10 primeros. Y un patinador artístico hijo de españoles, que vive en Estados Unidos. El resto ya se iría por encima del puesto 20.

Esperanzas de futuro

El mensaje federativo para el futuro trata de ser optimista. "Que nadie se decepcione", dicen. Blanca sólo sale una de vez en cuando, pero tras muchas peripecias ya existen seis colegios con 100 niños y niñas entre 12 y 14 años que esquían cinco días a la semana. "De ahí debe haber dónde escoger" señala Fraile. "Estamos luchando siempre con un problema muy grave, el de los estudios de los niños y convencer a los padres. España es ideal para el esquí turístico, pero la dureza de la competición ya es otra cosa".

"Hay que ampliar la base, ese es el gran problema", repite siempre Fioretto. "Pero no somos Austria, ni Suiza, ni Francia, ni Italia. En España tenemos 250 infantiles y sólo en el valle suizo de Sion hay 2.500. Eso ya dice bastante".

Sin embargo, por primera vez el trabajo desde la base deja entrever esperanzas para el futuro, aunque siempre limitadas en comparación con las grandes potencias. Los objetivos serán los Mundiales de Sierra Nevada, que se celebrarán en 1995 y los siguientes Juegos Olímpicos de Nagano, en 1998.

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