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Ucrania dice que sus armas nucleares son una riqueza por la que se habrá de pagar

El presidente de Ucrania, Leonid Kravchuk, declaró ayer en Kiev que su país considera el arsenal nuclear soviético dejado en Ucrania como una "riqueza material" y que tiene todo el derecho a exigir una compensación por renunciar a ella. Kravchuk hizo el comentario al día siguiente de que el presidente norteamericano, Bill Clinton, manifestara su insatisfacción con al decisión del Parlamento ucranio de condicionar la ratificación del START 1. Para el ministro ruso de Exteriores, Andrei Kózirev, la posición ucrania amenaza con desencadenar una "reacción en cadena" en Europa y revivir en el continente los tiempos de la guerra fría."No vemos las armas nucleares como armas sino como riqueza material y pedimos un precio por ellas", manifestó Kravchuk en una conferencia de parlamentarios de las naciones ribereñas del mar Negro. "Creemos que es una petición lógica. Cualquier otro país la haría".

El Parlamento había declarado la semana pasada que el tratado de 1991 sobre reducción de armas estratégicas era aplicable sólo al 42% de las más de 1.600 cabezas estratégicas estacionadas en Ucrania y, además, pidió garantías y una fuerte compensación económica a cambio de cederlas. También señaló que Ucrania no estaba vinculada a las provisiones de un protocolo que exige que se deshaga de todo su arsenal nuclear.

El periódico de Kiev Kievskiye Vedomosti informaba ayer que Kravchuk había recibido un telegrama en el que el presidente ruso, Borís Yeltsin, acusaba a Ucrania de ser un socio poco fiable y le amenazaba con desencadenar una intensa presión internacional sobre Kiev.

Rusia ya protestó la semana pasada por la decisión del Parlamento: Kózirev dijo que suponía la aparición de una nueva potencia nuclear en Europa y su Gobierno señaló que no le quedaba otra alternativa más que suspender los trabajos de mantenimiento del equipo nuclear en la antigua república soviética. El responsable de la diplomacia rusa insistió ayer sobre este conflicto en la Conferencia de Seguridad y Cooperación en Europa (CSCE) que se celebra en Roma. Sin nombrar a Ucrania, Kózirev dijo que la decisión de "uno de los Estados miembros de la CSCE" crea "una situación completamente nueva en Europa", que amenaza con echar por tierra el proceso iniciado en 1968 por el Tratado de No Proliferación Nuclear e "iniciar una reacción en cadena en toda la CSCE y en sus fronteras".

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